Carmen Lomana se marchó el pasado miércoles de Y ahora Sonsoles, programa en el que era colaboradora y ha cumplido su amenaza: no va a volver. No lo ha hecho ni tiene previsto hacerlo después de sentirse “una pánfila” por culpa de la directora del programa de Antena 3.
La empresaria apenas pudo hablar ese día y no se cortó en mostrar su enfado ante la presentadora, que ya había sido consciente del problema pero que no consiguió que a Lomana se le pasara la rabieta. De hecho, iba a acompañarla a abandonar el plató pero la leonesa se marchó sola sin permitirle hacerlo.
“Carmen, has hablado muy poco, tenemos que solucionarlo”, le dijo Sonsoles. “A dar el paseíllo no vengo”, respondió Lomana. “Si no yo me quedo feliz en mi casa. A mí me gustaría venir desde el principio, a hablar, porque creo que tengo suficiente criterio para hablar de lo que habláis aquí”, insistió, y la presentadora le dijo: “Tienes toda la razón y esto lo vas a solucionar”.
Pero Lomana abandonó el plató y al día siguiente se explicó más en su cuenta de Instagram, culpando directamente a la directora del programa. “Esto es lo que ocurrió ayer en Y ahora Sonsoles por lo que he decidido no volver. Creo que os lo debo a mis seguidores para que no haya confusiones. Entré al final, y como si no existiese. Sonsoles es maravillosa, mis compañeros y las personas que trabajan ahí también, pero la directora Patricia Lennon no me quiere, preferiría que me lo hubiese dicho en vez de ningunearme. Gracias Sonsoles, tú te mereces lo mejor”.
Y este sábado también habló de su decisión en el programa de la cadena Cope Fin de semana. “Sé que Sonsoles quería que yo estuviera ahí, pero otras personas de la dirección no. Fue tan evidente que me di cuenta de que no era bien recibida por quien me debería haber recibido cuando se empieza un programa. Pero ya el último día yo tenía que haber salido a las 19.10 y a las 19.35 aún no me habían llamado. Cuando salí ya habían hablado de los temas que me habían mandado y salí con una cara de cabreo… Qué fea me pongo cuando estoy enfadada. Hice el paseíllo, me saludaron y ya no volví a decir ni mu”.
Las explicaciones de la empresaria en sus redes sociales.
Y además de entrar tarde en plató se sintió totalmente ignorada. “Me pusieron en una silla en la esquina, no me estaban enfocando las cámaras y nadie me preguntaba nada ni podía hablar. Y yo me dije: ¿a qué he venido aquí? Yo tenía un plan estupendo en el día de la Almudena y para venir a que me ninguneen… Me gusta decir cosas interesantes, pero no venir como un florero para que me digan qué vestido más mono llevas, como si yo fuera una pánfila que no tengo criterio para hablar de las cosas que hablan ahí, que no hace falta ser doctor en filosofía ni en ciencias exactas”.