Carne para la picadora

Jokin Altuna jugó su primer partido del Cuatro y Medio de 2022 contra Peña II. Sufrió mucho, pero una lesión del tolosarra le abrió la senda del triunfo hasta el cartón 22. Con la renuncia de Jon Ander, el resultado se invalidó y no le quedó otra que jugarse las habichuelas en dos partidos. Ante Peio Etxeberria no estuvo fino, cometió demasiados errores y cayó ante un rival que bordó su papel (15-22). Frente a Darío se la jugaba. Cara o cruz.

No llegaba con las mejores sensaciones, pero el amezketarra tiende a repetir historias. Fíjense, le pasó con Zabaleta en el Manomanista cuando su presencia en semifinales pendía de un hilo. Puso en marcha la trituradora. Lo justo en su justo momento. Dejó al zaguero en cinco. Al riojano apenas le permitió hacer tres tantos este domingo en Tolosa. Altuna III desfila hacia sus séptimas semis del Cuatro y Medio consecutivas. Un hito. Un dato: nunca ha perdido una eliminatoria previa a la final del acotado.

Darío fue la víctima de una tormenta perfecta. El guipuzcoano comenzó con una tacada de veinte tantos. Diez de ellos llegaron desde el primer disparo. Un partido, en un parpadeo. De hecho, con los datos en la mano, al primer descanso largo (12-0) se llegó en apenas doce minutos de juego y 46 pelotazos, trece de ellos en el debate del 4-0. Lo demás, un rodillo, un paseo militar. Jokin contabilizaba entonces ocho saques. Era tarde para Darío.

Elordi, el rival de semifinales

El riojano sufrió un bloqueo a la hora de restar y dio facilidades. Las dudas asaetearon al ezcarayense. Tembleque de piernas. Desesperación. Del sueño de las semifinales a una pesadilla. Fue una tortura. No funcionó ante un adversario sólido y serio. Jokin no necesitó de grandes arabescos para llevarse el gato al agua. A destacar: el gancho ajustado del 19-0. Apenas pelotearon. Al perro flaco todo le fueron pulgas. Mala tarde. Jokin no tuvo más trabajo. 22-3. Que pase el siguiente.