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Catalunya, ¿hacia la repetición?

Lo diputados de Junts celebran la aprobación de la ley de Amnistía. / EFE

LA aprobación definitiva de la ley de amnistía ha acabado pareciendo uno de esos memes que muestran la diferencia entre el producto que pides por Aliexprés y el que te llega. Una vez conseguida la tan ansiada norma (a falta de que el gobierno español deje de hacerse el remolón y la mande al BOE), resulta que no será el bálsamo milagroso que se presuponía. En lo obvio, porque su aplicación está en manos de los jueces, y algunos tienen la suficiente bibliografía presentada como para intuir que van dejarse la piel para torpedear su justa administración. Pero es que, además, si volvemos al cuadrilátero político catalán, la primera reacción tanto de ERC como de Junts fue proclamar que la próxima parada era el referéndum. Si fuera una de esas comedietas de situación, las risas enlatadas se habrían escuchado de aquí a Vladivostok, pasando por Vic. Como señalan los analistas que no usan orejeras ni vendas en los ojos, la ley de amnistía ha recibido la luz verde apenas tres semanas después de que el independentismo no solo perdiera su mayoría absoluta, sino que firmara sus peores resultados desde 1980, cuando todavía la fuerza principal, Convergencia, solo era autonomista.

Siempre he sostenido que algún día habrá consulta y, probablemente, secesión. Pero, si en 2107 estábamos muy lejos de eso, hoy es un clamor que incluso se han dado mil pasos atrás. La prueba está en las dos elecciones sucesivas en las que el PSC de Illa-Sánchez ha sido la fuerza más votada, llegando al palizón respecto al segundo (y la humillación sobre el tercero) el pasado día 12 de mayo. Cabría pensar que los números moverían a la reflexión de los de Puigdemont y, más si cabe, de los republicanos, que van como pollo sin cabeza directos al desolladero. Pues no. Los unos y los otros, ven la apuesta y la suben. Amén de amenazar con dejar caer a Sánchez en Madrid, gallean que no temen una repetición electoral. ¡Pues venga!

03/06/2024