Con el paso de los años, el cristalino del ojo puede ir perdiendo su transparencia y provocando que, de manera progresiva, la visión se vuelva más opaca. En este punto pueden surgir las primeras cataratas, que a veces son casi imperceptibles. El inconveniente es que si no se detectan a tiempo este problema ocular, que es la primera causa de discapacidad visual en el mundo, puede acabar causando ceguera, por lo que es importante estar atento a cualquier síntoma y acudir puntualmente a las revisiones con el oftalmólogo.
La probabilidad de tener cataratas es relativamente elevada, porque puede llegar a afectar al 50% de la población mayor de 65 años. La buena noticia es que esta patología puede tratarse con distintas técnicas, incluidas las quirúrgicas, y con ellas la recuperación de la visión perdida es posible si se tratan a tiempo. Para ello, se debe estar pendiente de los síntomas:
- Hipersensibilidad a la luz. Si, por ejemplo, te deslumbran excesivamente los faros de un coche al conducir por la noche, o ves mal los días que hay un sol reluciente.
- Sensación de vista opaca, como si al mirar lo hicieras detrás de un cristal empañado.
- Padecer problemas de doble visión en determinados momentos.
- No poder delimitar con exactitud la forma de los objetos cuando, por ejemplo, vas a coger alguno o tienes que subir los peldaños de unas escaleras.
- Cambio frecuente de gafas en muy poco tiempo por aumento de la miopía.
Cuándo operarse
No es bueno esperar demasiado tiempo antes de acudir al oftalmólogo cuando la catarata comienza a formarse. Retrasar la intervención quirúrgica hace que la cirugía sea más difícil y que aumenten las complicaciones.
En la operación de cataratas se extrae el cristalino, que se ha vuelto opaco, y se sustituye por una lente intraocular. Aunque existen diferentes técnicas, la más usada es la facoemulsificación o emulsificación ultrasónica del cristalino. El médico fragmenta la catarata con la ayuda de ultrasonidos, y realiza una pequeña incisión por la que se extrae el cristalino. A continuación, coloca la lente intraocular en el lugar en el que estaba el cristalino.
Muchas personas no saben cuándo van a empezar a ver bien tras la operación, pero es algo que se consigue casi de forma inmediata.