donostia – Cuando tienes que lidiar contra dos miuras como el Atlético y el Athletic en dos domingos seguidos, si afrontas una estación intermedia siempre lo vas a hacer bajo la sospecha de no hacerlo con la misma actitud. Craso error cometería la Real si no se presenta en Vigo con todas las luces de alarma encendidas. El Celta es un rival que viene apuntando muy buenas maneras, como lo acredita el 0-3 que logró el lunes en Getafe, pero al que no terminan de salirle un encuentro redondo ante su afición. Hasta la fecha solo ha ganado un encuentro en Balaídos, donde ya ha perdido cuatro y donde solo ha sumado tres de los diez puntos que lleva en su casillero.
Vigo siempre es una plaza que nos evoca muchos recuerdos y sensaciones por aquel título de Liga que se nos escapó de las manos en toda una penúltima jornada en 2003. El dolor que nos causó obliga a presentarse siempre en la ciudad olívica con un mínimo deseo de revancha. Por orgullo.
Pero esta Real tiene algo mucho más preciado que defender en esta jornada 11 y es su flamante liderato, al que sacó brillo con el punto que logró en el Wanda, que debieron ser tres si no le hubiesen pitado un penalti de esos que siempre te pueden caer en ese tipo de estadios. Los realistas siguen fuertes y no emiten señales de debilidad a pesar de que su lista de ausentes en cada cita continúa siendo angustiosa. Como no puede ser de otra forma, y aunque Imanol siempre defenderá que el partido más importante es el que viene, el hecho de recibir en Anoeta el domingo a su eterno rival, que se presentará a la cita con dos días menos de descanso, provoca que se piense las cosas dos veces para no arriesgar demasiado y no perder más efectivos para la gran batalla.
El oriotarra vuelve a esconder sus cartas. Con Zubimendi y Diego Rico en la lista, pero sin Barrenetxea y Oyarzabal, lo normal es que la Real recupere su dibujo tradicional. No se descarta que hasta pueda haber movimiento en la portería para que descanse Remiro y activar un poco a Ryan. En la zaga, Zaldua y Gorosabel vuelven a pelear por el lateral derecho, con más opciones para el segundo quizá. Le Normand y Zubeldia podrían formar en el eje, con Aihen, que regresa tras su sanción, en la izquierda. En la medular se mantiene Guevara, aunque sin descartar a Turrientes para que se tome un respiro, con Merino y Silva, cuyo esfuerzo volverá a medirse al minuto, por delante. En la línea de tres, entrará seguro Januzaj, con Isak o Sorloth (Imanol no le ve al 100%), y Portu o incluso Lobete. Si vuelve a apostar por las dos torres, lo lógico es que Imanol recurra de nuevo al 4-4-2.
El Celta de Coudet es uno de los equipos que más faltas comete por partido. Se muestra agresivo en la presión adelantada y en cuanto la superan no tiene problemas en parar el juego. Su arsenal ofensivo con label pontevedrés es para tener muy en cuenta con Iago Aspas, Brais Mendes, Santi Mina y, en la creación, Denis Suárez. Mucho ojo a la posible emboscada gallega en una estación, esta vez intermedia, siempre incómoda para la Real.