Centenares de japoneses se manifestaron este martes en un céntrico parque tokiota para protestar contra la celebración del funeral de Estado al exmandatario Shinzo Abe y pedir que se "frene inmediatamente".
Los manifestantes, que se reunieron en el parque de Hibiya antes de continuar la marcha hacia el lugar del funeral, el emblemático pabellón Nippon Budokan, portaban pancartas en las que pedían que se frene el mismo y criticaban la figura de Abe como político.
"Estoy de contra del funeral de Estado de quien sea, porque es una violación de la democracia", dijo Shimasaki Kobae, un jubilado que acudió a la manifestación y dijo que Abe es responsable de "destruir la democracia" en el país asiático.
Críticas a la figura de Abe
Para Kobae la ceremonia de hoy supone "un rito para alabar a Abe y no se puede permitir", afirmó antes de entonar una canción protesta que decía "parar, parar, vamos a pararlo" junto a otras críticas al Gobierno actual del primer ministro Fumio Kishida.
"Personalmente, no considero que Abe sea digno de que le hagan un funeral. Aunque fuera una buena persona, no creo que se deba hacer", dijo Etsuko Takabatake, una mujer jubilada, que comparte la opinión de otros japoneses de que este tipo de evento no debe financiarse con dinero público.
Entre las pancartas de los manifestantes destacaban algunas en las que se sobreponía la foto de Abe con la del líder nazi Adolf Hitler y se criticaba al ex primer ministro por su política militarista o por haber mentido en relación a su conexión con la controvertida Iglesia de la Unificación.
Tiroteado en plena calle
Abe fue tiroteado en plena calle durante un acto electoral el pasado 8 de julio, por un hombre que fue detenido tras cometer el atentado y quien confesó a las autoridades que su motivación para el magnicidio fue el respaldo del político a dicha iglesia, también conocida como los "Moonies" o la "Secta Moon".
El funeral de Estado en memoria del exprimer ministro comenzó este martes pasadas las 14.00 hora local (5.00 GMT) en Tokio con la presencia de unos 4.300 asistentes, entre ellos 700 representantes de países extranjeros y de organizaciones internacionales.
Según una reciente encuesta de la cadena estatal NHK, más de la mitad de los japoneses son contrarios a la celebración de este evento.