Los presuntos intentos de sumisión química, el uso de sustancias para anular la voluntad de la víctima, están creciendo de forma alarmante en Iparralde y Hegoalde, y se han intensificado con las fiestas. Son casi un centenar las mujeres que han denunciado haber recibido un pinchazo estando de fiesta. Las primeras denuncias por pinchazos realizadas en Sanfermines destaparon todas las alarmas. Sin embargo, los análisis médicos realizados a ocho de las víctimas no mostraban sustancias de sumisión química.
En las fiestas de Baiona han arreciado las denuncias y, al menos, 79 mujeres han asegurado que alguien les había inyectado algo mediante una jeringuilla. Las últimas sospechas han tenido lugar la pasada madrugada en las fiestas de Algorta. El Movimiento Feminista de la localidad denunciaba que, al menos, a tres mujeres les habían inyectado algo en los Sanignacios. Sin embargo, el Ayuntamiento de Getxo negó tal extremo. “Contrastados los datos, confirmamos que no se ha producido ningún intento de sumisión química”, se comunicó. “Tras un aviso recibido el viernes por la noche, se inició una investigación. Agentes de la Policía Local acudieron al lugar donde se había producido el supuesto hecho para atender a la persona que había realizado la llamada. Se le examinó la zona del cuerpo donde indicó que había sentido un pinchazo, no observándose ningún rastro del mismo. La persona estaba con sus amigas y se pudo comprobar que no tenía indicios de haber sido pinchada”, resuelve la nota.
Sobre hechos similares, el consejero vasco de Seguridad, Josu Erkoreka, aseguró esta misma semana que en la CAV ha habido tres denuncias, dos en Gasteiz y una en Santurtzi, y, según precisaba, los pinchazos son reales y se han hecho pruebas médicas para ver cuál ha podido ser su incidencia, sin que todavía tengan claro “cuál es el sentido o el alcance de este tipo de agresiones”, por lo que siguen investigando por si pueda “tener eventualmente relación con casos de sumisión química”.
Agresión sexual
Con el método del pinchazo normalmente se administra éxtasis líquido o algún otro anestésico, que provoca que las víctimas se empiecen a sentir mareadas, o a tener náuseas, y se inyecta con el objetivo de cometer una agresión sexual o un robo. Ante un fenómeno tan preocupante, la alerta se ha disparado. La Ertzaintza investiga también dos posibles pinchazos que habrían sufrido en la noche del viernes dos chicas durante la celebración de un concierto en Zarautz, según informó Europa Press. La Policía vasca tuvo conocimiento de que las dos jóvenes acudieron a un centro sanitario, donde comunicaron que habían sido objeto de sendos pinchazos, por lo que se les practicaron análisis para comprobar si se les habría inoculado algún tipo de droga.
Tambien en Iparralde, esta práctica está en auge y el prefecto de Baiona confirmó 39 denuncias solo en la madrugada del viernes, de las que 9 fueron trasladadas al hospital. En este sentido, la experta en violencias sexuales de Ágora, Alba Martínez Rebolledo, explica que el pinchazo lleva ya algún tiempo en lugares como Reino Unido, y que en España se empezó a tomar en serio tras los últimos Sanfermines, donde se reportaron, al menos, ocho denuncias.
Protocolo catalán antipinchazos'
Profilaxis y análisis. El Govern catalán ha actualizado el protocolo de actuación contra los pinchazos después de que en los últimos días los Mossos d’Esquadra hayan recibido 18 denuncias en las que varias mujeres aseguran haber sido pinchadas con agujas o un objeto punzante en zonas de ocio, en ningún caso con violación o robo posterior. En concreto, en el caso de que una mujer intuya haber sido pinchada, se destaca la importancia de que sea atendida, y se le dé apoyo si es necesario, mientras se recomienda no regresar a casa sin pasar por un centro sanitario, “preferiblemente acompañada”. Asimismo podrán recibir profilaxis por exposición al VIH y se les practicarán análisis toxicológicos urgentes.