El consumo sostenible está al alza en Euskadi y cada día son más los vascos que retoman costumbres de generaciones anteriores como la compra a granel y que adoptan nuevos hábitos como lavarse el pelo con champú sólido, los dientes con dentífrico en comprimidos y la ropa con detergente ecológico.
La expansión en los últimos años de movimientos contra el abuso de plásticos y a favor de la reducción de residuos, del respeto animal y del consumo de productos de cercanía también se ha dejado notar en Euskadi, donde al albur de esta mayor conciencia ecológica han surgido nuevos negocios.
En Gasteiz María Ruiz y Oihana López de Sosoaga abrieron hace poco más de un año "Cuarto de kilo" una tienda de compra a granel en la que además de "alimentos básicos" como legumbres, arroces o frutos secos, es posible encontrar detergentes ecológicos también a granel y productos cosméticos en formato sólido.
Arrancaron su proyecto con la intención contagiar su modo de ver la vida: consumir solo lo necesario, usar envases reutilizables o reciclables desterrando el plástico de un solo uso y decantarse por productos locales y sostenibles en una "tienda de barrio", en este caso el de Judimendi.
Aunque su clientela es casi en exclusiva femenina no hay un único perfil, ya que las compras varían en función de la edad. Así, las mujeres jóvenes consumen sobre todo cosmética sólida, que incluye desodorante y champú sólidos, entre otras opciones, mientras que las más mayores adquieren productos de alimentación.
María y Oihana, que se turnan en la tienda porque compaginan el negocio con sus trabajos a media jornada como educadoras sociales, están satisfechas con la marcha de la tienda y se felicitan por que quien se estrena como cliente habitualmente repite.
COSMÉTICA NO TESTADA EN ANIMALES
Con una trayectoria más larga, Lavandula Cosmética, fundada en Otxandio (Bizkaia) por Ainhoa Aranburuzabala y Ainara Beobide, está especializada en productos de cuidado personal con ingredientes naturales y sin aditivos químicos, respetuosos con el medio ambiente y no testados en animales.
Aunque la tienda abrió sus puertas en 2019 ambas llevaban años elaborando y vendiendo cosméticos de manera informal. Finalmente apostaron por dejar sus trabajos, "lanzarse a la piscina" y convertir su afición en un medio de vida.
En este tiempo han constatado un aumento progresivo de la demanda de productos sostenibles. Sin embargo, también han sufrido los efectos de la inflación a raíz de la guerra en Ucrania y el interés por penetrar en este mercado de grandes empresas con capacidad para fabricar "millones de botes en un día".
Frente a un modelo con el que no pueden competir en cantidad, Ainhoa y Ainara ofrecen "lotes muy pequeños" nacidos de "un proceso controlado de principio a fin" y elaborados de manera artesanal en su propio laboratorio.
"Cada producto tiene su público y nuestros clientes valoran determinadas cosas" más allá del menor precio que ofrecen esas grandes corporaciones, explican estas dos emprendedoras, que desde el principio descartaron abrir su negocio en una ciudad ya que tenían claro que no querían perder su anclaje rural.
También el laboratorio i-Med de Gasteiz ha detectado un nicho de negocio en este terreno y acaba de lanzar un dentífrico en comprimidos con ingredientes naturales. Su fabricación requiere un 95 % menos de agua y el envase principal de vidrio puede llenarse de nuevo con "tubos de recarga" totalmente vegetales y reciclables.
Basado en la filosofía de residuo este producto está pensado para "personas preocupadas por su higiene bucal y comprometidas con el medio ambiente", según el responsable de i-Med Adrián Iriarte.
DETERGENTE A GRANEL Y ECOLÓGICO
En este mercado sostenible también tienen su espacio los detergentes ecológicos y a granel. "4eco", fundada en Vitoria en 2013 está presente en distintos puntos de la geografía española mediante una "agrupación de tiendas" independientes -no son franquicias- que ofrecen los mismos productos de limpieza.
Cada cliente lleva su propio recipiente y compra la cantidad de producto que necesita. Si se acude sin envase -la idea es reutilizar el mismo una y otra vez- el comercio facilita uno también usado previamente, explica Mar Corres, al frente de la tienda de Vitoria desde hace casi tres años.
Limpiasuelos, detergente para limpiar el baño o lavar la ropa, suavizantes, quitagrasas, friegaplatos y limpiacristales son algunos de los productos que se pueden adquirir en "4eco". Todos tienen un aroma neutro, aunque el cliente puede escoger el olor que desea de entre una variada gama de esencias.
Son productos "muy concentrados" por lo que "hace falta muy poca cantidad y duran mucho", destaca Corres. La mayoría son totalmente sostenibles, aunque otros incluyen "algún químico" en su composición pero en porcentajes reducidos, por lo que "siempre serán más ecológicos" que un detergente tradicional.
Los clientes de "4eco" no encajan en un único perfil -"hay de todo: hombres, mujeres, jóvenes, mayores...."- pero todos comparten una preocupación por el medio ambiente y un interés por el consumo responsable, apunta Corres, que cree que la gente cada vez está más concienciada al respecto.
EL PAPEL DE LAS GRANDES EMPRESAS
El auge del mercado sostenible y respetuoso con animales y medio ambiente ha despertado el interés de las grandes cadenas de distribución y de tiendas online generalistas, lo que en ocasiones ha dejado sin sitio a negocios pioneros en este terreno pero de menor envergadura.
Es el caso de la "pequeña" cooperativa social con sede en Bilbao "Sin plástico" que se definía como "la primera tienda online en Europa con una filosofía residuo cero y libre de plástico". Cerró a finales de 2022 tras diez años abierta incapaz de hacer frente a la "feroz competencia actual del mercado residuo cero online".
En su mensaje de despedida Marion de La Porte y Javier Barrios, fundadores del proyecto, se confesaron satisfechos por la mayor concienciación actual sobre la necesidad de desterrar el plástico, pero lamentaron verse abocados a cerrar ante la "competencia brutal y a menudo desleal" de las grandes compañías.
Algunas de ellas, denunciaron entonces, practican el "greenwashing" (apariencia de responsabilidad verde) ya que comercializan "falsos productos eco", ofrecen productos de residuo cero "al lado de otros contaminantes" y "tiran sus precios sin escrúpulos para ahogar a los pequeños negocios".