Impulsada por la efeméride redonda, la perezosa memoria se ha quitado las legañas para recordar el horror que nos causó, tal día como este martes hace diez años, el asesinato de doce personas en un ataque yihadista contra la redacción de la revista satírica francesa Charlie Hebdo. El extremismo islamista se cobró con sangre la afrenta de ver a su profeta caricaturizado con cierta frecuencia en las páginas de la insumisa publicación.
#Indestructible
Número extra para conmemorar el terror
La cuenta de X de la revista que sufrió el atentado informaba del número extra de 32 páginas que ha puesto en los kioscos para conmemorar el aniversario de una de las peores embestidas contra la libertad de expresión de los últimos tiempos. “Indestructible”, era el encabezado tanto del mensaje como de la portada del ejemplar en el que se ve al personaje que da nombre a la revista sentado sobre el cañón de un fusil automático como el que segó la vida de ocho miembros de la plantilla, dos invitados a una reunión y dos policías. Entre los contenidos se destacaba una encuesta que afirma que el 76% de los franceses está a favor de la libertad de caricaturizar. ¿Qué pasa con el otro 24%?
#LibertéLiberté
La prensa se suma al recuerdo
Como no podía ser menos, los principales diarios franceses se unieron a la conmemoración con ingeniosas, reivindicativas y muy valientes portadas -como la de Liberation, por citar una- contra los intentos totalitarios de cercenar la libertad de expresión.
#SiempreCharlie
De nuevo, somos Charlie
Junto a los medios, personalidades de todos los ámbitos, organizaciones sociales, culturales y políticas -con alguna llamativa excepción, todo sea dicho- participaban en el ejercicio de memoria colectiva que ojalá se mantenga más allá de la fecha redonda. Así, el PNV difundía el lema escogido por el Partido Demócrata Europeo: “Siempre Charlie”.
#DenunciantesDenunciados
‘Mongolia’ no se achanta
Como en todas partes cuecen habas y no solo el fanatismo islamista se dedica a tratar de cerrar bocas, resultó más que significativo que la revista satírica española Mongolia escogiera el 7 de enero para irse a los juzgados a presentar una querella contra la asociación Abogados Cristianos por denuncia falsa. Era una forma de dejar claro que donde las dan las toman y que los responsables de la publicación no se arredran pese al matonismo judicial que padecen. Además, ya avisaron de que lo harían en su última portada.