Chateau Abbadie: en los zapatos de un sabio del XIX

Situado a escasos 27 kilómetros de Donostia (poco más de media hora en coche) en Hendaia, el Chateau Abbadie es uno de los monumentos históricos más bellos de Iparralde. Este castillo de estilo neogótico que fue observatorio hasta 1979 y cuya renovación concluyó en 2010, cuenta con una ubicación privilegiada, con vistas al Cantábrico y se enmarca en un precioso jardín arbolado que hace las delicias de los visitantes.

Mandado construir por el promotor de la cultura vasca Antoine d’Abbadie, que fijó aquí su residencia, es obra del afamado arquitecto Eugène Viollet-le-Duc (encargado de la reconstrucción de la catedral de Notre Dame), que lo levantó entre 1864 y 1879 siguiendo el estilo neogótico y oriental. El edificio consta de un cuerpo central alrededor del cual se abren tres alas con funciones diferenciadas: al noreste, están las habitaciones dedicadas al estudio, al este las estancias cuyo objetivo es la devoción, mientras que el ala meridional está destinada a la recepción de huéspedes.

A lo largo de la visita (pueden verse diez salas perfectamente decoradas con muebles de época), el turista se sumerge en la vida cotidiana de un notable y sabio del siglo XIX.

Entre las estancias destaca el vestíbulo, con su escalera de honor y la vidriera de ricos colores y ornamentación vegetal con los escudos de armas familiares.

La biblioteca, situada en el corazón del castillo, es fiel reflejo del espíritu de Antoine d’Abbadie. “Cuando Antoine d’Abbadie legó su castillo a la Academia de las Ciencias, en 1896 esta biblioteca contaba más de 10.000 volúmenes, entre otras cosas, 960 obras vascas y 234 magníficos manuscritos bíblicos y literarios, escritos en Ghez, lengua litúrgica etíope, en consignación a la Biblioteca Nacional, donde constituyen la mayor parte de la colección etíope”, relatan desde la Academia de las Ciencias, hoy propietaria del lugar. Cuenta, además, con publicaciones astronómicas que dan cuenta de las actividades del antiguo observatorio.

Destaca, asimismo, el gran salón de honor, una sala circular situada en la torre sur del castillo, cuya ornamentación, con paredes pintadas en azul y salpicadas de los monogramas dorados A y V en caracteres góticos, recuerdan a los salones medievales.

La habitación de honor, de ambiente notablemente árabe, era una estancia reservada para los invitados. Cuenta con una cama bajo palio y una gran chimenea decorada, mientras que las paredes están recubiertas de grandes paneles extendidos con telas pintadas y guarnicionadas de rosetones con signos árabes.

Finalmente, encontramos la capilla, una gran sala rectangular orientada al este. El techo es de madera pintada de azul, mientras que las paredes, están decoradas en rojo en trampantojo. Cuenta además con tres vidrieras. Bajo la capilla, en la cripta, se encuentran enterrados Antoine d’Abbadie y su mujer Virginia Vincent de Saint-Bonnet.