Dos goles seguidos en los dos últimos partidos de Osasuna parecen una buena muestra de que el Chimy Ávila ya ha completado su periodo de largo restablecimiento y que ha dado un paso más al frente hasta convertirse en un elemento plenamente útil para Arrasate. Con dos graves lesiones consecutivas en sus rodillas en menos de un año –el nefasto 2020–, con el delantero argentino se adoptó la paciencia como norma, táctica que ahora está dando sus frutos.
El viernes frente al Granada se vio de hecho la versión más próxima al futbolista de antes de sus lesiones. Combativo y poderoso en las disputas, en absoluto comedido en las pugnas con sus rivales –algún defensa salió rebotado tras sus embates–, El Sadar pudo visualizar parte de lo que se espera del futbolista, un tipo asignado al esfuerzo y a la visión de la portería entre ceja y ceja –marcó un gol, pero otro disparo suyo fue con peligro entre los tres palos–.
Chimy Ávila ha participado en todos los encuentros de Liga de este curso y ha quedado demostrado que es un hombre que con la suma de minutos está en condiciones de responder a la evidente confianza que el entrenador tiene depositada en el. El atacante ya está en el grupo de goleadores del equipo de esta temporada y de seguir su progresión, se va a convertir en un refuerzo de lujo, que unirá fuerzas a Kike García, el titular principal de la delantera, a la espera de que Budimir regrese de su particular travesía por el desierto de su lesión que por el momento lo mantiene con unas aportaciones testimoniales, reducidas a los dos primeros partidos de Liga.
Futbolista eléctrico, de los que mantiene por supuesto una relación especial con la grada, los momentos particulares que vivió el viernes con el sector de la afición crítica de graderío sur por la camiseta que lució de VOX –quizás hubo una reconciliación más o menos satisfactoria–, probablemente también ayuden a la recomposición definitiva de su fútbol en la cuota que hinchan los seguidores. Por el momento, sus dos goles se han saldado para Osasuna con la consecución de cuatro puntos, una suculenta aportación en esta marcha excelente del equipo.