Política

Elecciones 28-M | Choque de modelos

El PNV contrapone su trayectoria a una EH Bildu alejada de la empresa. El fiasco de Corrugados y las dudas sobre las eólicas lastran a la coalición abertzale
La candidata del PNV a la Diputación de Gipuzkoa, Eider Mendoza, con la consejera Tapia, en el acto sobre el modelo industrial

Tras un arranque de campaña con mensajes más genéricos y centrados en movilizar al votante, los partidos han pasado de inmediato a centrarse en las propuestas concretas, y la de este viernes ha sido una jornada con un marcado cariz económico y social, como suele ser habitual en unas elecciones municipales y forales que afectan a lo cotidiano. El detalle de las propuestas contribuye a la polarización PNV-Bildu, un cuerpo a cuerpo en el que se encuentra más cómodo el partido jeltzale por su experiencia institucional y su relación fluida con los agentes económicos, pero que no es tan buscado por EH Bildu, que desgrana su programa sin polarizar demasiado por ahora con el PNV, y a quien todos los análisis sitúan ya como la principal beneficiaria junto a Vox de una campaña átona y una elevada abstención. 

El PNV buscó la confrontación de modelos en Gipuzkoa, donde su candidata a diputada general, Eider Mendoza, constató que solo hay dos partidos con opciones de gobernar: el suyo, que ya lo hace en la actualidad y que apuesta por generar un entorno acogedor para la empresa con una fiscalidad atractiva como llave para generar empleo; y EH Bildu, que durante décadas, según defendió Mendoza, estuvo en otras luchas y ahora se encuentra lejos del tejido empresarial.

EH Bildu ha tratado estas semanas de superar la desconfianza de la empresa, presentando su propio modelo basado en el liderazgo de lo público y sugiriendo una nueva patronal, aunque el pasado pesa en las principales asociaciones empresariales, que no han recibido con demasiado interés este movimiento. No es necesario remontarse a épocas pasadas, al "barro" del que habla Arnaldo Otegi. En la reciente etapa de la pandemia del coronavirus, en 2021, cuando reinaba un clima apocalíptico y cualquier oferta de creación de empleo sonaba a música celestial, la alcaldía de EH Bildu rechazaba en Azpeitia la reapertura de la fábrica de Corrugados que hubiera generado casi 300 empleos directos, y lo hizo por discrepancias sobre su ubicación y acusando al PNV de cometer un atropello urbanístico. Finalmente, el grupo Cristian Lay CL abandonó su idea ante estas trabas y la ausencia de respaldo institucional por parte de la alcaldía. 

Paradójicamente, la misma Azpeitia fue el escenario donde EH Bildu moduló su discurso sobre los parques eólicos y se abrió al de Statkraft, un gesto que recibió el PNV con escepticismo y que no ha supuesto una aceptación general de estas infraestructuras por parte de la coalición, sino que en este caso justifica su aval, entre otros argumentos, en el mantra de que lo impulsa una empresa pública (de Noruega).

Soberanía de EH Bildu

En los tres territorios de la comunidad autónoma, el PNV ha hablado este viernes de gestión, también con Beatriz Artolazabal en Gasteiz (con un mitin sobre rigor en la gestión), y con Juan Mari Aburto en Bilbao, con el tradicional acto con la juventud. Desde Sabin Etxea, reivindican a sus juventudes, frente a las tensiones en Sortu (con sectores más radicalizados), y plantean una fiscalidad que ayude a adquirir una vivienda exprimiendo el autogobierno vasco y el Concierto, y no plegándose a la Ley de Vivienda estatal que apoyó EH Bildu y que los jeltzales ven como un ejercicio de recentralización. Después de que el PNV cuestionara su carácter abertzale, EH Bildu ha defendido este viernes la "soberanía" para afrontar la carestía de la vida, con un salario mínimo de 1.400 euros. Ratificó su compromiso de limitar el precio del alquiler y su apuesta por extender lo público. En el mitin de la tarde, se ha limitado a postularse frente al estatus actual, los gobiernos de PNV y PSE.

La última entrega del Sociómetro anima aún más esta pugna, con la victoria del PNV pero también un refuerzo de EH Bildu, un empate a 7 concejales en Gasteiz, y la subida de la coalición en las tres capitales. El PSE trata de hacerse hueco y exprimir las opciones que pueden quedarle en el consistorio alavés, aunque las tensiones dentro del PSOE y las voces que piden a Sánchez que rompa con Bildu por sus listas podrían salpicarlo.

El factor de incertidumbre que acaba de irrumpir es la posibilidad de que la Fiscalía investigue las listas de EH Bildu, que incluyen a siete personas condenadas por delitos de sangre. Cuando el debate era solo ético, ponía en un aprieto a Bildu, pero ahora que entra en lo jurídico, le puede beneficiar porque, además, la lectura generalizada es que las listas, por mucho que puedan generar rechazo, son legales. Ahora puede dar un argumento a EH Bildu para presentarse como víctima de una persecución. Hace días apelaba en el Arenal bilbaino a la épica de su legalización y la avalancha de votos que le reportó. El capote también lo pueden recibir Vox (sueña con un escaño en Araba) y PP, que este viernes ha recuperado de manera efímera al moderado Alfonso Alonso, con más feeling con el PP alavés.

12/05/2023