Todos los años, el 12 de octubre, la Guardia Civil celebra a su patrona, la Virgen del Pilar, una jornada que hasta la fecha tenía un perfil bajo en la comunidad autónoma vasca en un contexto de violencia y con ETA en activo. En el caso de Gasteiz, el Cuerpo lo conmemoraba de puertas adentro, en el cuartel de Sansomendi, aunque el pasado mes de mayo amplió el perímetro y desfiló por las calles aledañas en su 180 aniversario. Pero este sábado, por primera vez, ha llevado su marcha militar al centro de la capital alavesa, a la Plaza Nueva, una exhibición que se presentó como una señal de “normalidad democrática”, pero que las víctimas de la tortura y de los GAL vivieron como una ofensa. Estas víctimas, que históricamente han sufrido una sensación de agravio porque el reconocimiento les llegó más tarde y lo han obtenido esencialmente por parte de las instituciones de la CAV y Nafarroa y no tanto del Estado, denunciaron sobre todo que el acto contara con respaldo institucional. Estuvieron presentes la alcaldesa, Maider Etxebarria, y la delegada del Gobierno español, Marisol Garmendia, ambas socialistas; y el director de Justicia del Gobierno vasco, José María Bastos, un departamento que también ha pasado a manos del PSE.
La jornada puso de manifiesto que las heridas siguen abiertas y que se mantiene el choque de relatos, a punto de que se cumplan 13 años desde el cese definitivo de ETA el domingo de la semana que viene. La plataforma Memoria Osoa, que agrupa a 15 asociaciones, celebró un acto en el Artium para denunciar lo sucedido y pedir que no se repita. En el acto participó Axun Lasa, hermana de Joxean Lasa, secuestrado, torturado, asesinado y enterrado en cal viva por los GAL en 1983 junto a Joxi Zabala. Pero la delegación del Gobierno español, por su parte, reivindica la memoria de las propias víctimas dentro de la Guardia Civil, a los miembros del Cuerpo que fueron asesinados por ETA. En concreto, se reivindicó la memoria de los 161 guardias civiles asesinados en la comunidad autónoma vasca, que representan casi el 30% de las 576 víctimas que dejó ETA en los tres territorios. Las víctimas de tortura esperan que este desfile sea el último, pero la delegación del Gobierno español quiere que haya “una segunda vez, una tercera... hasta que ya no sea noticia”.
La delegación del Gobierno español dice que no volverán "al pasado"
La intención de la Guardia Civil y de la Policía española es dejarse ver en las calles vascas cada vez más aprovechando el nuevo clima de normalidad y en ausencia de violencia. Cuentan para ello con el acompañamiento de la delegada del Gobierno español en suelo vasco, Marisol Garmendia, quien presidió el acto en compañía del general jefe de zona, José Antonio Mingorance. “Es emocionante y esperanzador, sí, y mucho, que este acto pueda celebrarse en esta plaza de España, en el centro de Vitoria, de la capital de Euskadi, con tranquilidad y normalidad democrática”, reivindicó, para ensalzar después la presencia de la Ertzaintza y la concurrencia de ciudadanos al acto.
Durante la ceremonia castrense se exhibieron banderas de España y hubo también efectivos militares del Ejército de Tierra. “Ha sido la primera vez que la Guardia Civil ha desfilado fuera del acuartelamiento de Sansomendi; la primera que ha abierto las puertas de ese cuartel, de par en par, a la ciudadanía vitoriana. También ha sido la primera vez que la Policía Nacional ha podido celebrar en las calles de Vitoria su 200 aniversario y que ha estado en la plaza Indautxu de Bilbao. Todas han sido un éxito de público y de acogida calurosa. Primeras veces que confío en que sean segundas, terceras… hasta que ya no sean noticia”, dijo Garmendia. Avisó de que “no vamos a volver atrás, al pasado, ni a la dictadura franquista ni a la dictadura del terror de ETA”. Defendió que este Cuerpo trabaja en el campo de sus competencias, “muchas e importantes todavía”, según opinó; y añadió que combaten el terrorismo yihadista, la ciberdelincuencia, o las mafias de trata de personas.
Las víctimas de torturas y de los GAL
Memoria Osoa, por su parte, protagonizó un acto en el Artium, donde tomó la palabra Amaia Urizar. Ella denunció la presencia de la alcaldesa de Gasteiz “ofreciendo la principal plaza de la ciudad al Cuerpo que nos torturó y mató a nuestros amigos y familiares”. “Las víctimas un día más tendremos que contener el aliento e intentar amortiguar el dolor y el miedo que nos infundieron, la culpa, vergüenza y humillación. Por eso decimos que no, otra vez no, no se puede repetir lo de hoy, los representantes populares no deberían enaltecer a nuestros torturadores, a nosotros también se nos debe respeto y reconocimiento”.
Por su parte, Axun Lasa pidió el reconocimiento del daño causado y de cada una de las víctimas generadas por la violencia de Estado. Reclamó que se depuren responsabilidades.