De nuevo a prueba, las costuras de la unidad de la Unión Europea resistieron a las tensiones provocadas por estos primeros cien días de la guerra de Rusia en Ucrania, en los que los Veintisiete se volcaron con Kiev, y tuvieron que hacer concesiones a Hungría para seguir golpeando a Moscú con sanciones cada vez más duras, las últimas con un veto parcial al petróleo.
Desde el 23 de febrero pasado, víspera del comienzo de esta nueva agresión del Kremlin a la integridad territorial ucraniana, la UE suma ya seis paquetes de sanciones contra la economía rusa, con especial incidencia a las finanzas, al transporte y a la energía.
Su negociación, aprobación y entrada en vigor fueron relativamente como la seda hasta el quinto, que daba la primera dentellada al sector de la energía, al introducir el carbón.
SANCIONES
Para sacar adelante el último, que incluye el veto al 90 % del petróleo ruso, se necesitó un mes de negociaciones, a nivel de líderes incluso, en la cumbre de este lunes, y dos concesiones a Hungría: seguir abasteciéndose de crudo ruso por oleoducto hasta una fecha indeterminada y sacar de la lista de sancionados al patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa Kiril.
Así, la unidad que los Veintisiete habían mostrado desde el inicio de la guerra en Ucrania queda ahora en entredicho, ya que de la excepción al veto se beneficiarán también Eslovaquia y República Checa, que podrán seguir comprando petróleo a Rusia a través del oleoducto Druzhba por un tiempo aún indeterminado.
Ya en la última cumbre de esta semana se pudo observar cierta fatiga sancionadora por parte de los líderes de Austria o de Bélgica, Karl Nehammer y Alexander De Croo, quienes descartaron ir más allá en el veto energético; aunque otros, como el francés Emmanuel Macron, prefirieron no descartar un embargo al gas ruso.
Según las estimaciones del Centro de Investigación en Energía y Aire Limpio (CREA), el bloque ha pagado a Moscú cerca de 60.000 millones de euros por compras de combustibles fósiles, de los que 31.000 millones son en petróleo y casi 27.000 millones en gas.
Pero en opinión de Von der Leyen, toda la energía rusa está cubierta ya en la reacción de la UE, ya sea a través de sanciones (en el caso del carbón y el petróleo) o de la hoja de ruta para desprenderse de dos tercios del gas ruso este año (REpowerEU).
ECONOMÍA
Para ayudar a Ucrania, la UE ha conectado a su red eléctrica a la antigua república soviética, cuya producción económica podría caer un 50 % este año, según la ONU. Como apoyo, la UE suspendió temporalmente los aranceles y cuotas sobre los productos ucranianos.
Ahora esta trata de abrir vías para sacar del país cereales (se estima que hay unas 20 millones de toneladas de trigo paralizadas) y otros productos agrícolas, con el fin también de evitar el riesgo de hambruna en ciertas regiones del mundo por el bloqueo de Moscú.
El 50 % del Programa Mundial de Alimentos proviene del trigo de Ucrania, donde dos tercios del país están cubiertos por la llamada "tierra negra", uno de los suelos más fértiles del mundo. Por otra parte, Ucrania necesita 5.000 millones de euros al mes solo para cubrir los gastos básicos de funcionamiento, como la sanidad, o pagar pensiones o salarios, entre otros. La UE ha ofrecido una ayuda macrofinanciera extraordinaria de 9.000 millones de euros para el país este año.
RECONSTRUCCIÓN
"Haremos todo lo que esté en nuestras manos para que los ucranianos puedan volver a ser los dueños de su propio futuro", afirmó este jueves en Bratislava la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, la primera en decir al poco de comenzar la guerra que los ucranianos forman parte de la "familia europea".
Su candidatura a la adhesión a la UE se espera que sea debatida en la cumbre de líderes europeos del 23 y 24 de este mes.
Un largo camino por recorrer que deberá empezar por levantar al país una vez que acabe la guerra, y para lo cual se pondrá en marcha una plataforma de reconstrucción, en la que "el liderazgo ucraniano debe ser primordial", "todos pueden contribuir, incluido el sector privado" y la UE ofrecerá "una estructura de gobernanza".
Ahora bien, en palabras de Von der Leyen, "las inversiones sólo darán sus frutos si van acompañadas de reformas ambiciosas", "un Estado de Derecho más fuerte o un entorno empresarial atractivo", ya que para una Ucrania "integrada en un futuro europeo (...) no hay comodines ni atajos". Entretanto, los Veintisiete llevan ya más de seis millones de ucranianos acogidos como refugiados de forma temporal.
ARMAS Y DEFENSA
Otra de las novedades que esta guerra ha traído a la UE es la ayuda a las fuerzas armadas ucranianas, con 2.000 millones de euros hasta la fecha para comprar armas.
Pero, además, la amenaza rusa allanó el camino para iniciar el rearme de los 27, llevó a Dinamarca a decidir integrarse en la Política de Defensa comunitaria tras 30 años al margen, mientras Finlandia y Suecia solicitaron ingresar en la OTAN.
Si son aceptados estos dos países, se expandirá aún más la superposición entre la Alianza y la UE, ya que solo quedarían fuera Irlanda, Austria, Malta y Chipre.