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Varapalo y de los grandes es el que se ha llevado este martes el municipio de Laudio y, por tanto, la comarca de Aiaraldea, una de las más castigadas en Álava por la tasa de desempleo, tras hacerse público que la multinacional Guardian ha decidido cerrar la planta que, centrada en la fabricación de vidrio plano para construcción, tiene en este municipio, y por consiguiente, despedir a los 171 trabajadores que conforman actualmente su plantilla, que se encontrarán sin trabajo para el próximo mes de julio.
Al menos ese es el plazo (los seis meses de antelación que marca la ley) que ha sido comunicado por la dirección a los representantes de los trabajadores para culminar todo el proceso por el que esta factoría mítica del tejido empresarial ayalés bajará la persiana. Guardian cuenta con otra planta en Tudela, con 270 empleados, que no se verá afectada en principio por esta medida.
El proceso de cierre en Álava comenzará en las próximas semanas con la paralización del horno "float" (principal herramienta para la fabricación del vidrio con una vida útil de entre 15 y 18 años), ya que la compañía ha decidido no invertir en su renovación "porque, sumado a una baja carga de trabajo, no compensa", al tiempo que pondrá en marcha en marzo un ERE de extinción, del que los trabajadores conocerán próximamente los detalles.
Daño crítico en horno
La pésima noticia ha sido confirmada por la propia empresa que ha señalado como motivo de esta difícil decisión "el estado de desgaste del horno y, en particular, el reciente e imprevisto daño crítico descubierto en la pared de carga, que impide a la compañía seguir operando de manera segura y fiable", según han informado quienes, tras la ejecución del enfriamiento del horno, tienen la intención de proceder "con los pasos legalmente necesarios, incluida la información y negociación con los trabajadores y sus representantes, para cerrar el centro de trabajo de Llodio, procediendo al cese definitivo y liquidación de la actividad".
La compañía ha querido trasladar también que "la seguridad de los empleados es nuestra prioridad durante todo el proceso", aunque para ELA (sindicato mayoritario del Comité de empresa) los motivos económicos y técnicos alegados "son poco creíbles" y considera que la multinacional estadounidense no hace sino "cerrar el círculo" iniciado con el desmembramiento de la fábrica en 2020 con la venta de la parte de automóvil (Glavista) y posterior cierre, para ahora finalmente proceder al desmantelamiento total de lo que quedaba de Guardian en Laudio, y continuar destruyendo industria y empleo en nuestro territorio.
Acción sindical
"Aún es pronto para anunciar nuestros siguiente pasos, porque tras la reunión sorpresa en la que se nos ha informado del cierre, no hemos tenido tiempo ni de reunirnos todos, convocar las correspondientes asambleas con la plantilla y ver qué haremos al respecto. Sí puedo decir que, aunque no lo esperábamos tan pronto, lo veíamos venir, porque todo lo concerniente a Guardian ha sido de vergüenza. Se han reído de todos, instituciones incluidas", ha asegurado a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA Iker Olazabal, delegado de ELA en Guardian Glass Llodio.
Con todo, una vez analizada la documentación aportada por Guardian, ELA procederá por todas las vías posibles para garantizar el empleo. Asimismo, el sindicato apela a las Instituciones, y en concreto al Gobierno Vasco a que no permitan la desindustrialización y a que tomen medidas para evitar el cierre de la planta.
Unos términos en los que también se ha manifestado el sindicato LAB que, a través de las redes sociales, ha llamado a la "defensa del futuro" de Aiaraldea y ha denunciado el anuncio de cierre de Guardian.
De 1.500 trabajadores a cero
Las reacciones políticas e institucionales tampoco se han hecho esperar. "Acogemos la noticia desde la máxima preocupación y nos ponemos del lado de las 170 familias que en estos momentos ven peligrar su futuro. Estamos ante una situación que no hace mas que alimentar la indignación entre la ciudadanía de Laudio ante la falta de soluciones de cara a revertir el proceso de desinversión y desindustrialización que estamos viviendo", ha apuntado la alcaldesa de Laudio, Ainize Gastaka, que tiene el convencimiento de que "esta planta es viable y que puede seguir produciendo".
En este sentido, ha apelado "a la responsabilidad institucional para generar la presión y recursos viables suficientes para revertir la situación", al tiempo que ha reiterado el compromiso del Ayuntamiento "con las trabajadoras y trabajadores de Guardian Laudio ya que deben formar parte del futuro industrial de nuestro pueblo".
Y es que estamos hablando de una empresa vidriera que comenzó su actividad en los años 30 del siglo pasado bajo el nombre de Villosa y que en los años 70, antes de ser comprada por la multinacional Guardian en 1985, llegó a tener en plantilla hasta 1.500 trabajadores, que se han ido reduciendo de forma paulatina con el paso del tiempo.
El primer conflicto llegó con la crisis de 2012, cuando la empresa amenazó con despedir a 120 trabajadores, aunque la lucha obrera logró que se diera marcha atrás. Algo que no se consiguió en 2020 cuando se produjo la citada venta de la división de parabrisas para automóvil (Glavista) al fondo Parter Capital, con lo que Guardian pasó de 434 a 225 operarios. De ahí, a los 171 actuales y su recién anunciado cierre definitivo, ya que Glavista que tenía 240 trabajadores, también acabó en concurso de acreedores.
Reacción institucional
Así no es de extrañar que desde la Diputación Foral de Álava también hayan expresado su "malestar" por el anuncio de cierre des esta fábrica, y han recordado que las instituciones alavesas y vascas "han ofrecido su colaboración a la empresa de manera constante durante los últimos años, buscando garantizar el futuro de la planta en la comarca de Ayala".
Con todo, desde el ente foral han avanzado que trabajan con el Gobierno Vasco "en dar continuidad al proyecto empresarial, buscando una solución al conflicto sobre la base de un nuevo proyecto empresarial sólido y de futuro".
Un extremo que ha sido corroborado por el propio consejero vasco de Industria, Mikel Jauregi, que cree que la planta de Guardian Glass en Llodio "tiene futuro dentro del sector" y, por ello, quiere "intensificar" el diálogo con la empresa, para ver si se puede encontrar "algún tipo de solución", como la de un nuevo inversor.
Jauregi ha señalado que antes de Navidad ya mantuvieron conversaciones con responsables de la compañía, quienes expusieron "la problemática que tiene el sector dentro de Europa por los precios de energía", pero no comentaron nada acerca del cierre de la planta de Llodio.
"Lo que nos han hecho llegar hoy (este martes) es que ha habido una avería en el horno y que no hay manera de repararla y, por lo tanto, han decidido ir a un cierre permanente. Es una sorpresa que a nadie le gusta", ha explicado el titular de Industria, Transición Energética y Sostenibilidad al término de la presentación de la estrategia 'Euskadi Global' en Pasaia (Gipuzkoa).
El consejero ha dicho que el Gobierno Vasco "piensa en los trabajadores y en sus familias y en todo el Valle de Ayala" y que quiere analizar si es posible "un proyecto industrial a futuro que necesitaría de nuevas inversiones", además de mirar técnicamente a la problemática que supondría el cambio de horno.
"Nos gustaría intensificar las conversaciones que tenemos con la empresa para ver si de alguna manera podríamos dar paso a otras personas que sí estarían interesadas en seguir con la actividad industrial en Euskadi", ha remarcado Jauregi.
También han sido varios los partidos que se han pronunciado al respecto. Desde el PP se ha pedido la comparecencia del Diputado General de Álava, Ramiro González, para que dé explicaciones sobre cuál es la situación y, por parte de Ezker Anitza-IU se ha hecho un llamamiento a ambas instituciones para evitar el cierre de la planta de Guardian Llodio (empresa con sede central en Michigan), cuyo anuncio "no es casual se haya producido el mismo día de la investidura de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos de América", han señalado.