Ser joven hoy en día no es algo sencillo. A la sucesión de crisis le ha acompañado diversos problemas como el cambio climático, la precariedad o la salud mental que ponen en jaque a las generaciones futuras. Las fiestas aparecen como pequeños oasis en los que disfrutar, juntarse con los amigos y bailar alejados de toques de queda, discotecas reconvertidas en cafeterías, cuarentenas y mascarillas que funcionan como auténticas barreras al primer amor. Los jóvenes parecen haberse acostumbrado al hastío, indiferentes ante un mundo al borde del colapso. Y, sin embargo, en medio de las llamas, siempre surgen iniciativas, mentes brillantes, comprometidas, inconformistas, que desean cambiar el mundo y hacerlo más justo, más verde y más feminista.
Desde hace cinco años, la asociación Tuteran Jai ha asumido la responsabilidad de vivir en sociedad y pretenden justamente convertirse en el punto de encuentro de aquellos jóvenes que desean una sociedad mejor. El reto es utópico, pero permite una inmensa variedad de propuestas e ideas, un abanico tan amplio que es capaz de abarcar distintas materias como el feminismo, la autogestión, el antifascismo o la memoria histórica.
El colectivo nació al calor de la falta de propuestas para los jóvenes en las fiestas patronales, pero sus proyectos se han multiplicado durante su primer lustro de vida. Injustamente despreciados en muchas ocasiones por su cercanía con el espectro político de la izquierda, y más en concreto, con la izquierda abertzale, Tuteran Jai tiene claros sus principios políticos y como tal defiende una sociedad pacífica, plural y abierta.
Sus propuestas para estas fiestas han pretendido llegar a aquellos lugares en donde el Ayuntamiento o las peñas no llegan. “El modelo de fiestas para los jóvenes es muy concreto, centrado casi en exclusiva en los Dj’s, mientras que nosotros pretendemos abarcar géneros y propuestas diferentes”, comenta Iñigo Jiménez, uno de los miembros más activos de la asociación. Entre las alternativas, conciertos de géneros olvidados por la programación oficial como el rap, el reggae y el rock y el espectáculo de travestis Maruxak Dj. Además, han apostado por dar visibilidad a grupos locales o regionales, siendo los grupos de Lodosa, Tafalla o Pamplona. La plaza del Liceo ha sido la nueva ubicación de la asociación, que se ha trasladado desde la plaza Yehuda Ha Leví, en donde estuvieron afincados desde su nacimiento. Durante estos días, ha sido posible disfrutar de una de las pocas plazas con espacio en donde soplaba el cierzo. Por allí han pasado, entre otros, los grupos de rock de Pimiento Radikal, Eutsi y Motoazada; de rap de Elvirus, Atrako Kriminal, CL y Elementum y de reggae de Cervus, Saguzarrak y Ribera Kids; además de diversos Dj’s. Anoche se despidieron hasta el año que viene, dispuestos a seguir con una programación propia ante el gran éxito de público que han cosechado entre los días 24 y 27 que han permanecido abiertos.
Tuteran Jai está compuesta por una treintena de jóvenes de entre 16 y 30 años y tiene un funcionamiento asambleario, en donde las decisiones se toman de forma democrática y consensuada y a la que cualquiera puede entrar a formar parte, pues no cobran cuota de ningún tipo. No tienen un local, ante lo que reclaman un espacio propio en donde poder desarrollarse más allá de los centros cívicos tudelanos. Destacan por su autogestión, es decir, por establecer un modelo de organización en donde los miembros participan de todas las decisiones y tienden a no depender de nadie. En esta línea, han establecido turnos de barra voluntarios durante todas las fiestas y han conseguido el apoyo de numerosas personas.
La asociación despunta, además de por su novedosa oferta, por contener un protocolo feminista contra las agresiones machistas y homófobas, y otro antifascista que prevenga agresiones de este tipo ante la oleada de pintadas neonazis del grupo de extrema derecha Bastión Frontal, que han aparecido recientemente por diversas zonas de la localidad. Entre ellas, una vandalización del banco con la bandera LGTB que se pintó en el paseo del Queiles y que rezaba “vuestro orgullo no da de comer a España” y otras en el casco viejo que decían “Navarra es España”. Asimismo, junto al Gobierno de Navarra, han establecido una comisión antisida para informar sobre relaciones sanas y prevenir ETS mediante el reparto de preservativos.
Aunque nacieron con una vocación festiva, su acción se ha expandido a días como el Euskera, en donde celebraron diversos actos y conciertos, a la celebración de charlas informativas y de debate o a la participación en las Jornadas de las Verduras. Además, también formaron parte activa del Plan de Juventud que encargó el Consistorio y en la actualidad colaboran con la asociación Ateneo Republicano de Tudela para elaborar un documental sobre el movimiento social tudelano durante la Transición. En este trabajo, que está todavía en fase inicial, pretenden enfocarse en asuntos como el movimiento insumiso o el ecologismo, así como en el asesinato de la activista Gladys del Estal.
Su relación con el Ayuntamiento es positiva y celebran el buen talante de Verónica Gormedino, concejala de Festejos. Del Consistorio, han recibido subvención por los actos realizados fuera de la plaza. En este caso, por una electrotxaranga por el casco viejo y por el concierto del cantautor Pancho Balbuena en la plaza Carnicerías. Eso sí, critican la falta de participación que ha invadido la legislatura de Alejandro Toquero, en donde se han eliminado los presupuestos participativos y cercenado los canales de participación de concursos e iniciativas. “En general, aunque son unas buenas fiestas, los jóvenes no tienen un recurso para que se cuente con ellos y nunca se les ha dado voz”, asegura Jiménez.
Por su parte, Tuteran Jai seguirá trabajando por ofrecer a la ciudadanía espacios de reflexión y debate, empujando por ofrecer alternativas para los jóvenes durante las fiestas, pero también durante el resto del año, estimulando el pensamiento y la toma de conciencia para que la juventud pelee por su futuro. Después de todo, tal y como decía el profesor de Lengua Castellana y Literatura del IES Valle del Ebro Juan Carlos Reinaldos, “es pues, la energía de la juventud, depositaria de la semilla de la rebeldía, la que mueve el mundo y lo mejora. La encargada de orear las instancias de la casa para hacerla más habitable, de quemar los trastos viejos y cambiar la disposición de las cosas. Y, sin duda, esa es su misión porque ellos son mucho mejores que nosotros. Y así, siempre”.