La Real Sociedad encajó este domingo en El Sadar una dolorosa derrota ante Osasuna. El cuadro txuri-urdin completó en líneas generales un buen encuentro, pero se vio lastrado por su falta de acierto ante el gol y por errores propios en defensa que costaron los dos goles rojillos. Fueron numerosos los méritos contraídos por los de Imanol, en cuanto a juego, para obtener un mejor resultado, pero los fallos que cometieron en ambas áreas vienen repitiéndose y tampoco responden a casualidades. En cualquier caso, a continuación mostramos cinco factores del planteamiento que funcionaron en Pamplona.
1- Profundidad
Osasuna defendió a la Real mediante un 4-4-2 en el que Aimar presionaba en una primera línea junto a Budimir, aunque manteniéndose unos metros detrás del croata para vigilar a Zubimendi. Esto implicaba que uno de los centrales txuri-urdin podía gozar de libertad para conducir, levantar la cabeza y lanzar pases sin gran oposición, circunstancia que los de Imanol trataron de aprovechar con envíos profundos a la espalda de la adelantada zaga local.
2- Oyarzabal, cuarto 'centrocampista'
El panorama descrito implicaba que Osasuna tapaba dentro a la Real con marcas individuales: Aimar a Zubimendi, Torró a Sucic y Moncayola a Olasagasti. Sin embargo, Imanol supo agitar el entramado navarro mediante el dinamismo de sus futbolistas. Oyarzabal, por ejemplo, se sumó con frecuencia a la medular para atraer la vigilancia de alguno de los medios locales y liberar así a compañeros.
3- Salida de tres y diagonales a Kubo
El 4-3-3 realista en El Sadar no resultó inamovible. La Real lo hizo mutar con mucha frecuencia a una especie de 3-2-5 en el que Javi López y Kubo asumían las bandas, con Aramburu convertido en tercer central. Este entramado permitió a Nayef Aguerd lanzar varias diagonales a un Kubo libre de marca en la banda opuesta, ya que Osasuna trataba de defender con el bloque estrecho y estos envíos cruzados cogían al lateral izquierdo Juan Cruz defendiendo carriles más interiores.
4- Las incorporaciones de Zubimendi
Tomando como base el ya visto 3-2-5 realista, el equipo planteó en la segunda mitad movimientos distintos que generaron muchos problemas a Osasuna. El principal residió en las incorporaciones de Martin Zubimendi desde la medular. El pivote txuri-urdin no actuó ya tan recogido y logró romper la zaga rojilla con desmarques por el carril del 10.
5- La importancia de no hundirse
Sin balón, la Real defendió a Osasuna mediante un claro 4-4-2 que, en fases de bloque medio-bajo, implicaba un doble pivote compuesto por Zubimendi y Olasagasti. En dichos momentos, el equipo blanquiazul fue muy consciente de que, aun no presionando con agresividad a los centrales rojillos, tampoco podía permitirse hundir la zaga hasta dentro del área propia, algo que podía facilitar el fútbol de centros y remates del conjunto local. Los de Imanol actuaron en estas fases del encuentro con un equipo muy corto: apenas había 15-20 metros de distancia entre defensa y delantera. La retaguardia permanecía otros 15 metros por delante de la frontal.
Dentro de este aparatado defensivo, y para mostrar que no todas las cuestiones de pizarra funcionaron a la perfección, cabe citar que la Real tuvo algunos problemas a la hora de presionar arriba a Osasuna, cosa que Imanol planteó hacer con un 4-4-2 de medular en rombo: Sucic subía a la primera línea junto a Oyarzabal, detrás Olasagasti avanzaba a por el pivote Torró, Zubimendi se quedaba con Aimar y Barrene dejaba la banda para emparejarse con Moncayola. El propio Barrene sufrió así para controlar las constantes diagonales de Osasuna buscando a Areso, quien en la primera parte pudo lanzar varios centros al área.
Fuera como fuera, la Real logró llevar el partido al terreno que le convenía. Terminó cayendo derrotada por las ocasiones falladas y también por dos errores flagrantes atrás: la pérdida de Sucic en salida para el 1-0 que Remiro también pudo evitar, y el 2-0 recibido tras un saque de banda del rival a la altura del centro del campo. No fue este el primer gol que el conjunto txuri-urdin encaja durante la actual temporada en parecidas circunstancias.