Cinco maneras en las que los perros benefician la salud física, mental y emocional de los niños

La convivencia con animales siempre se ha considerado como beneficiosa para los humanos que comparten con ellos el hogar. Cuidarlos, sacarlos a pasear, jugar, alimentarlos ayudan a fomentar la autonomía, la responsabilidades y contribuye a una mejor socialización. Por eso, menores de la casa aprenderán a relacionarse e ir responsabilizándose de algunas tareas mientras que los mayores tienen en ellos una manera de evitar la soledad además de poder mantenerse activos.

Pero además, en los últimos años, las terapias asistidas con animales se han convertido en un recurso importante para fomentar el proceso de recuperación en los hospitales, centros de salud y rehabilitación, ofreciendo también a niños y niñas una oportunidad única para sanar y desarrollarse.

Conforme las múltiples investigaciones van avanzando, son más las pruebas objetivas y tangibles de que la convivencia e interacción con los animales aporta diversos beneficios comprobados para la salud, especialmente entre perros y niños o adolescentes.

Un paciente infantil trabaja con un perro de asistencia en el Hospital Niño Jesús de Madrid. Purina

Los beneficios en los pequeños

Uno de estos trabajos es el de la Fundación Purina, que en 2015 inició investigaciones para recopilar evidencias científicas relacionadas con el impacto que genera el vínculo humano-animal, así como estudios específicos sobre los beneficios de las terapias asistidas con animales. Después de estos casi 10 años de trabajo han establecido cinco formas en que estas terapias y el mantener una relación con perros benefician la vida de los más pequeños:

1. Reduce el nivel de estrés y ansiedad.

La interacción con perros reduce el cortisol, la hormona del estrés, proporcionando calma y seguridad a los niños. Esto es especialmente beneficioso para quienes han vivido experiencias traumáticas, ayudándolos a relajarse y mejorar su bienestar emocional.

2. Fomenta la resiliencia y autoestima del menor.

Los logros en actividades con perros, como guiarlos o jugar con ellos, refuerzan la confianza de los niños en sus propias capacidades. Esta experiencia les enseña que pueden superar desafíos, fortaleciendo así su resiliencia y amor propio.

3. Promueve el desarrollo de habilidades sociales, así como la empatía al relacionarse con el entorno.

La terapia con perros contribuye de forma positiva en estos factores, especialmente en niños con dificultades de socialización. A través de la interacción, aprenden a comunicarse mejor y a relacionarse, creando así un espacio seguro para practicar estas habilidades esenciales.

4. Otorga soporte emocional frente al duelo o cambios emocionales drásticos.

Frente a situaciones de pérdida o cambio familiar, los perros ofrecen compañía y consuelo constante, ayudando a los niños a procesar sus emociones. Su presencia aporta estabilidad emocional y facilita la adaptación a nuevas circunstancias.

5. Contribuye con la mejora física y acelera la recuperación del paciente.

La presencia de los perros motiva a los niños a participar activamente en terapias físicas, mejorando su motricidad y coordinación. En entornos hospitalarios, los perros contribuyen a reducir el tiempo de recuperación y aumentar la adherencia a los tratamientos.

En la práctica

Un ejemplo de que esta práctica es el proyecto Yes we can que se lleva a cabo el en el Hospital Niño Jesús de Madrid. Es un trabajo de terapia asistida con perros para niños y niñas con daño cerebral adquirido (DCA) pretende ser una terapia complementaria en la rehabilitación de los niños que están ingresados en la Unidad de Agudos y necesitan realizar actividades estimuladoras que ayuden en su rehabilitación. Se trata de ofrecer una herramienta que alcance los objetivos terapéuticos aportando al perro como coterapeuta y elemento motivador de juego. Mejorará la comunicación verbal y no verbal, la atención y memoria, la estimulación de los sentidos y la integración sensorial.

Con esta innovadora terapia asistida con perros, los jóvenes pacientes han mostrando notables mejoras en la motivación, interacción y bienestar emocional. Se ha alcanzado una adherencia al tratamiento del 89,71% y un incremento en la autoestima y el ánimo de los niños. Con el apoyo de los perros, el proceso de neurorrehabilitación se convierte en una experiencia motivadora, ofreciendo a los pequeños un entorno lúdico y de apoyo emocional.

El programa Yes We Can está conformado por un equipo interdisciplinar de la Unidad de DCA, formado por neuropediatras, médicos rehabilitadores, fisioterapeutas, logopedas y terapeutas ocupacionales, junto a profesionales especialistas en terapias asistidas con animales de la entidad Sentido Animal.