Cita de plata en Altsasu

Las bicicletas de montaña volvieron el domingo a la plaza de Los Fueros, kilómetro 0 de la Travesía BTT de Altsasu, que reunió a 700 bikers, el tope establecido. Después de dos años de parón había ganas. Además, la edición de ayer era especial, la 25ª de esta cita que organiza Barranka Txirrindulari Taldea, unas celebraciones que se han hecho esperar por la pandemia.Si bien minutos antes de que arrancase la prueba unos truenos y lluvia parecían que iban a torcer la mañana, no fue así, y se pudo disfrutar de los montes que rodean la villa sin ningún percance reseñable. "Ha salido todo a pedir de boca", decía Julián Claver, presidente de Barranka TT. "Estamos encantados", aseguró Felipe Troyano, responsable de la travesía. Ambos ponían en valor el trabajo del centenar de personas que colaboraron para que todo fuera rodado.

Lo cierto es que esta veterana prueba no competitiva, la más antigua de Navarra, volvió ayer a ser una fiesta de la bicicleta, una mañana para hacer deporte en un entorno privilegiado y también para volver a encontrarse con otros aficionados o conocer nuevos. Para esta 25 edición prepararon un recorrido con tres opciones: la larga, de 46 kilómetros y un desnivel de 939 metros; la media, 42 km, 685 m; y la corta, 36 km y 510 m. Tras el corte de cinta de manos de Javier Zamarrón, que ya estaba en la organización de aquella primera edición de 1996. El pelotón salió dirección la ikastola y desde allí se dirigió a Santa Luziasakan para coger el camino hacia Sorozarreta por la parcelaria. Continuó por Ibarrea, Ameztia, Fuente Batueko y desde Aizkibil se dirigió Iturmendi, donde se separaban los tres recorridos. El corto iba a las piscinas de Urdiain y de allí a Altsasu. El largo y el mediano se adentraron por el monte bajo de Iturmendi, hasta la muga con Urdiain. Mientras que el primero continuó por Intsusburu para bajar por la calzada de Bernoa, el otro llegó directamente a las piscinas de Urdiain. El primer biker en volver a la plaza lo completó en 2 horas y 5 minutos. Los últimos necesitaron casi cinco. 

La mayoría de las personas que participaron eligieron la opción larga. Era el caso de Aitor Sánchez, Iker Amorrosta, Arturo Jorge da Silva y Joseba Goñi, de Eibar, habituales de la travesía. "No gusta todo, el monte, el pueblo", aseguraban. También suele ser habitual Ramón Solaegui, de Ansóain. Ayer acudió con sus dos hijos, Beñat y Julen, de 18 años y 15 años, que se estrenaron en la prueba y lo hicieron por la puerta grande, con el recorrido largo. Además, en la Travesía de Altsasu nadie se va de vacío. Ayer fue una camiseta técnica conmemorativa y productos de la zona además de sorteos de lotes, más de centenar en total.