Vaya que sí le pone la Copa al Athletic. Lo cantó a viva voz Ernesto Valverde en la previa del duelo de octavos de final frente al Espanyol, incluso no tuvo reparos en repetirlo en una segunda ocasión, si bien es algo que la masa social tiene más que asumido y que da por hecho. No hay una competición más especial y que esté tan ligada a la historia del conjunto rojiblanco como esta. Pero como nunca está de más hacer públicas las sensaciones que uno siente, el técnico, quizá en busca de una reacción de sus futbolistas tras la derrota del sábado en el derbi frente a la Real Sociedad tuvo a bien recordar esta cuestión. Hecho a propósito o no, sus jugadores respondieron sobre el verde. Con un inicio arrollador, una primera media hora que dejó casi un disparo cada dos minutos, el Athletic pasó por encima del Espanyol, decantó el partido a su favor gracias a un gol de Óscar de Marcos y guardó la renta como oro en paño. No todos los días uno está en condiciones de jugar unos cuartos de final de Copa.
Valverde volvió a su idea más atrevida, esa que quizá no debió abandonar en Anoeta, más aún tras el buen rendimiento global del equipo frente a Osasuna. Así, le dio de nuevo la batuta del centro del campo a Oier Zarraga, el gran sacrificado en el derbi del sábado ante la Real Sociedad, que se entendió a la perfección con un Mikel Vesga al que el técnico indultó pese a sus pecados en Donostia. Vuelta al rock & roll. Mucho ritmo para combatir al frío, que se hizo sentir de lo lindo anoche en Bilbao.
Acertó el técnico en su planteamiento, dio con la tecla, como en tantas otras ocasiones, y se desquitó de paso de su apuesta por la contención del derbi, donde el equipo no respondió con tanta alegría como ayer. Eso sí, falló en su predicción; pues en la previa aseguró que imaginaba un partido totalmente distinto al que Athletic y Espanyol disputaron en el mismo escenario en la cuarta jornada de liga. El inicio, irremediablemente recordó a aquel. El conjunto rojiblanco volvió a pasar por encima de su rival, aunque afortunadamente el desenlace esta vez sí le fue favorable.
Claro que por momentos por la cabeza de muchos aficionados sobrevoló lo acontecido aquella fatídica tarde de domingo, en la que el conjunto periquito se encontró con la victoria en una acción muy cercana al final del encuentro en la que Martin Braithwaite aprovechó un despiste de Yeray Álvarez y Dani Vivian para regalarle los tres puntos a su equipo. Excelente ambos ayer miércoles en defensa, no dejaron ni el más mínimo resquicio para que los atacantes del Espanyol inquietaran lo más mínimo a Julen Agirrezabala.
Lo de siempre
Quizá con Braithwaite sobre el campo el equipo catalán habría estado en condiciones de inquietar más a un Athletic al que, como viene siendo costumbre en la mayoría de sus últimos encuentros, a excepción del duelo copero frente al Eldense, le cuesta un mundo materializar las muchas ocasiones de que dispone. Cuestión de pausa, de sangre fría, de calidad en el remate… Seguro que hay una mezcla de todo ello, si bien el camino más fácil hacia el gol siempre será acumular el máximo número posible de llegadas. Y el conjunto rojiblanco, con un estilo alegre de fútbol, se empeñó en que así fuera. La escueta renta de un solo gol, no hizo honor a los méritos de unos y otros sobre el verde de San Mamés.