“Espectacular, único y lo nunca visto”, así ha resumido el desarrollo del Virgen Blanca de pádel, también considerado II Grand Slam del Circuito Vasco, su director Iñigo Roa. La participación de jóvenes jugadores con hambre de puntos WPT –el del BAKH ha sido el primer torneo con puntos en juego para los profesionales– motivó que los jugadores alaveses se hayan quedado esta vez en un segundo plano.
En el cuadro principal, Rodrigo Coello y Alex Cinca se impusieron en la gran final a Aimar Goñi y Álvaro Dola por 6/3 y 7/6 en un partido de muchos quilates. Promesas de entre 16 y 20 años han regalado lo mejor de cada uno de ellos. La mejor final de todas las que el aficionado alavés ha podido disfrutar, a excepción de un par de visitas del antiguo circuito profesional.
Tal ha sido la calidad de los participantes que Franco y Matador, Lis Blanco, Arteta y Cañete o Arija y Diego, por lesión estos últimos, se quedaron por el camino. En el partido decisivo pudo apreciarse un juego rápido y por bajo, agresivo y físico en el que los campeones mostraron una compenetración especial y estar más hechos.
En Primera, se produjo un triunfo de valor por parte de los hermanos Ivan y Unai Pérez y en segunda los mejores fueron Poza y Díaz. En más de 50 años, la victoria correspondió a Tavares y López. En féminas, Cristina González, un rayo infalible, y Nerea Olano se impusieron en el partido decisivo a Patricia Lachiondo y Marta Ávila por 7/6, 4/6 y 6/2. Tras una segunda manga de despiste, las campeonas apretaron para ganar cómodamente en la definitiva. Arteta y Santos, Lasa y Ruiz de Azua, y la otra Santos, en su caso haciendo pareja con Martínez de Iturrate, se quedaron en los tacos de salida.