La Plaza de Toros de Pamplona, que este 2022 cumple su centenario, nació nueve años antes que los pamploneses Margarita Areopagita y Jesús Ilundáin El Tuli, quienes suman más de 120 años acudiendo a la Monumental, cada uno a su localidad, para "vivir momentos maravillosos" en las corridas de toros de San Fermín y a donde pretenden seguir yendo: "Los años que nos queden, los gozaremos".
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Tras "el suplicio" de dos años sin fiestas, y por lo tanto sin feria, ambos tienen muchas ganas de regresar a una plaza en la que son conscientes de que no serán muchos de su edad, pero donde volverán a juntarse con sus amistades, aunque reconocen que "no queda nadie de los de antes".
Son reflexiones que comparten ambos en la Plaza de Toros de Pamplona en una entrevista con Efe, donde dejan constancia de sus historias y vivencias con motivo del último "peldaño" de la escalera sanferminera, que sigue los pasos de la popular canción del "1 de enero, 2 de febrero, 3 de marzo...".
Margarita tiene un primer recuerdo de la plaza como algo "grandísimo" y asegura que el ruedo era "interminable" y El Tuli apunta que "antes de la reforma era mayor". "Yo recuerdo cuando la andanada era de madera", añade.
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Ninguno de los dos tiene claro cuántos años llevan en la plaza: "Yo 50 años", dice Margarita, aunque después reconoce entre risas que quizás alguno más, pero "50 fichados". "Yo más, sesenta y pico seguro", afirma El Tuli, que tampoco se aventura a dar un año exacto.
A día de hoy siguen yendo y el único que tuvo que interrumpir su cita con la Monumental fue El Tuli porque el teniente en la mili le hizo "la faena". "Me tenía todo el año diciéndome que podría venir a San Fermín, y en el último momento me decía que no", cuenta.
Margarita explica que la primera vez que fue a la plaza lo hizo con sus amigas y después siempre con su marido. "Ahora con algunos de mis hijos", afirma, ya que "de los que venían a mi tendido no queda ninguno".
El Tuli coincide en que en al principio iba "con la cuadrilla". "Éramos todos de Jarauta. Parábamos en el bar Goal y ese era nuestro sitio de parada y fonda. Hacíamos pozales de vino con hielo, nos cuidábamos bien", comenta entre risas, antes de señalar que "la merienda era siempre de casa".
Para ambos, el momento de la merienda es "punto y aparte". A El Tuli, miembro de la peña Los de Bronce, no le llega la sombra hasta el último toro, pero reconoce que, a pesar del calor, "estás a gusto" y a Margarita la sombra le llega algo antes, pero explica cómo lo sobrelleva: "Yo siempre me he traído mi botella helada de vino con gaseosa y se me va deshelando, es maravillosa, es un sorbete buenísimo".
Preguntados por lo mejor de la corrida, ella señala: "De lo que pasa en el ruedo, las banderillas me vuelven loca y, si las pone el maestro, ya ni te cuento", mientras El Tuli destaca "la salida de la plaza con la peña".
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Sobre la evolución de la Feria, coinciden en que las corridas "son iguales". "El problema es que muchas veces hay toros y no hay toreros. Hay muy buenos toros y no hay toreros. Yo siempre tengo el peor recuerdo de las corridas de los Miura, para mí son la peor corrida", lamenta ella, con lo que coincide también El Tuli.
Ambos esperan con ganas la vuelta de la Feria del Toro con la mentalidad de que todavía les quedan "algunos años para disfrutar". El Tuli deja claras sus intenciones de estrenarse en la corrida del día 7 de julio con la peña y Margarita, fanática del rejoneo, volverá a la plaza el 6, además del 7 y el 14 "que me han dicho que tendré que venir", sobre el resto de días no se quiere pronunciar porque tendrá que ver cómo sube la escalera del tendido.
Ambos se atreven a predecir el futuro de las corridas de toros y de forma clara además: "Yo pienso que mientras yo viva habrá toros y pienso vivir hasta los 100. Yo tengo un pacto hecho que hasta que yo viva tiene que haber", dice Margarita. "Yo pienso ser como Matusalén y va a haber corridas de toros. Mientras yo viva seguro, además mi nieta también viene y le gustan", añade él.
El Tuli fue el encargado de tirar el chupinazo en 2016, elegido por votación popular. "Yo gozo hasta en los peldaños de la escalera de San Fermín. Nos sentamos en la mesa, cenas a gusto y echas cuatro canturriadas", subraya.
Además, explica cómo vive los Sanfermines: "Yo ya empiezo el día 6. Voy al chupinazo. Voy al riau-riau, haya o no haya, unos poticos, cenamos toda la cuadrilla en la peña y hasta las dianas. La diana del siete no la pierdo. Sin dormir. El cuerpo aguantaba, ahora ya no sé, este año voy a hacer una medio prueba y a ver, pero la diana no la perdono", afirma a sus 91 años.
EL 78, UN AÑO QUE NO OLVIDARÁN
Tanto El Tuli como Margarita se encontraban en la plaza de toros el 8 de julio de 1978 cuando la policía entró pegando tiros, algo que nunca olvidarán: "Yo ahí estuve, tumbado. Disparaban balas", cuenta El Tuli.
"Yo les decía a los de mi alrededor que eran balas y no me creían. Salí por una puerta que no había salido nunca y les decía a los guardias 'cabritos, cabritos', no sé cómo ese día no me detuvieron, qué mal lo pasé, recuerda Margarita.
La cancelación de los Sanfermines de aquel año fue el peor momento que recuerdan, pero eso llevó a que en septiembre, en San Fermín Txikito, se celebraran encierros y corridas: "¡Qué fiestas! Pamplona solo, para los de casa. ¡Qué gozada! Auténticos Sanfermines. Como eran antes, hasta que vino el Hemingway y nos revolvió todo", afirma El Tuli. "Ibas por la calle y solo gente de Pamplona de la época", añade Margarita.
RECUERDOS DE SUS TOREROS FAVORITOS
Al recordar a sus toreros favoritos, Margarita comenta: "Ordóñez me gustaba mucho". "A mí desde que mataba en el rinconico...", apunta El Tuli, lo que lleva a Margarita a reconocer que "eso es verdad, se iba siempre al rinconico".
"Me gustaba mucho Galán. ¿Te acuerdas un año que hubo una tormenta muy grande y ahí estaba Galán toreando?", le pregunta, a lo que El Tuli responde: "Sí, sí, me acuerdo. Al torero que he visto yo aquí toreando a un toro que no le seguía es El Viti". "El Viti era un triste", sentencia Margarita, a lo que Jesús matiza, "sí, sí, muy triste, pero toreaba".
SUS FRASES
"Éramos todos de Jarauta. Parábamos en el bar Goal y ese era nuestro sitio de parada y fonda. Hacíamos pozales de vino con hielo, nos cuidábamos bien. Y la merienda siempre de casa".
"Antes de la reforma era mayor. Recuerdo cuando la andanada era de madera"
Jesús Ilundáin El Tuli
"Yo siempre me he traído mi botella helada de vino con gaseosa y se me va deshelando, es maravillosa, es un sorbete buenísimo".
"Mis primeros recuerdos de la plaza son de algo grandísimo con ruedo interminable"
"Les decía a los de mi alrededor que eran balas y no me creían. Les llamaba los guardias 'cabritos, cabritos', no sé cómo ese día no me detuvieron"
Margarita Areopagita