Navarra

Camela: colofón de tecno rumba en San Fermín

Concierto de Camela en San Fermín 2022

Miércoles 13 de julio, 23:30. Todavía quedaban veinticuatro horas de fiesta, pero los conciertos de la Plaza de los Fueros llegaban a su final. Eso sí, el público de Pamplona estaba dispuesto a disfrutar al máximo de la última actuación, que corría a cargo de un grupo legendario: Camela. Como las noches anteriores, la plaza registró una magnífica afluencia de público. El ciclo de conciertos se saldaba así con un éxito rotundo, con propuestas que satisfacían casi todos los gustos, con la demostración de que se pueden programar conciertos durante todas las noches de las fiestas y no solo en algunas, como se había hecho en las últimas ediciones, y con la duda razonable de si merece la pena continuar con las noches de dobles actuaciones, ya que la concurrencia queda muy mermada para la segunda, que empieza pasada la 1:00 y acaba en torno a las 3:00, quizás demasiado tarde para una noche sanferminera en la que, como todos sabemos, hay muchas cosas por hacer.

Centrándonos en el concierto del miércoles, Camela congregó a una nueva multitud, consiguiendo que la plaza luciera el aspecto de las grandes ocasiones. Gente de todo tipo, edad, raza y condición acudió a la llamada del dúo y lo hizo de forma masiva. Era de esperar, pues si el domingo recibimos a La Oreja de Van Gogh, el grupo nacional que más discos ha vendido en las lista oficiales en los últimos años, el miércoles le tocó el turno a Camela, la banda que más discos (y cintas de casete) ha despachado en las listas no oficiales. Todo un fenómeno social cimentado en los expositores de las gasolineras, algo por los que algunos siempre los minusvaloraron. No lo hizo así el público, que, libre de prejuicios estúpidos, acude y llena todos sus conciertos. Por su parte, Dioni y Ángeles ofrecieron una actuación divertida en la que no faltó ninguno de sus grandes éxitos (y eso que tienen muchos).

Ya al principio, Corazón indomable desató el delirio y los cánticos. En el escenario, bailes, giros, saltos y órganos a tutiplén. La mismísima esencia de la tecno rumba, que fue la auténtica protagonista de la noche. Amores pasionales y despechados como el de No puedo estar sin él, y dramatismo en grado sumo como el de Sueños inalcanzables. Esta última fue una de las más coreadas y aplaudidas. En realidad, no hubo muchas diferencias, pues sus historias han calado hasta los tuétanos del público, hasta el punto de ser ya parte esencial de la cultura popular de un país y de una época.

Entre frases de agradecimiento por parte de los artistas y las continuas muestras de fervor de su audiencia fue discurriendo la noche. El calor de mi cuerpo, Nunca debí enamorarme… La estación de querer sonó casi como canción melódica, con mucho piano. Después, aludieron a los veintiocho años que llevan como grupo y se lanzaron con un popurrí que reunía algunos de sus estribillos más antiguos y conocidos. Fue algo así como un menú degustación de su flamenco electrónico, un viaje en el tiempo con paradas fugaces en algunos de los hitos que han jalonado su carrera. Concluido el repaso, Dioni se retiró y dejó a Ángeles para que interpretara sola fragmentos de tres canciones: Sin palabras, inspirada en su primer amor; La más bonita, escrita para que su madre y sus tías se la cantaran a su abuela, que sufría Alzheimer, y Te soñaré. Fue esta una parte más íntima y tranquila, con la cantante sentada y bien escoltadla por guitarras acústicas, flamencas y percusiones con cajón.

Por poner algún pero, hubo varios discursos entre tema y tema que se alargaron demasiado y rompieron un poco el ritmo de la acreditación. Menos mal que pisaron el acelerador con el tramo final con Por siempre tú y yo o la eterna Lágrimas de amor (comúnmente conocida como Sueño contigo), haciendo que la Plaza de los Fueros se convirtiera en una auténtica fiesta para la inmensa marea de gente que puso el colofón a los conciertos de los Fueros a ritmo de tecno rumba.

15/07/2022