Con motivo de la celebración del 50º aniversario de Eroski Consumer, la Fundación Eroski ha hecho públicos los resultados y conclusiones de la Encuesta sobre Hábitos Alimentarios a Escolares de Primaria que ha realizado entre 2.126 niños y niñas de 8 a 12 años. Estos escolares, de 9 comunidades autónomas del norte de la Península -entre las que se encuentran la Comunidad Autónoma Vasca y Navarra- tuvieron que responder, entre mayo y septiembre de este año, a 39 preguntas agrupadas en tres grandes bloques: hábitos en el hogar a la hora de comprar, cocinar y comer; influencias en sus hábitos alimentarios; y la relación entre la comida y las emociones.
La encuesta forma parte del compromiso de la Fundación Eroski de prevenir la obesidad infantil. De hecho, según datos de AESAN, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, más de un tercio de los niños de 6 a 9 años tiene exceso de peso. Y aunque los datos se han estabilizado y han dejado de incrementarse, es un problema que debería preocuparnos a todos. El director de la Fundación Eroski, Alejandro Martínez Berriochoa, ha explicado que una de las principales consecuencias que puede acarrearnos esta cifra es que "en las sociedad occidentales, salvo cuando ha habido guerras, siempre ha pasado que las generaciones que vienen después viven más y mejor que las anteriores: la esperanza de vida es mayor y la calidad de vida es mayor. Si no revertimos los datos de la obesidad infantil eso va a dejar de ser así. Los niños de hoy serán los adultos del mañana y tendrán una vida más corta y peor que la que tenemos las generaciones anteriores. ¿Por qué? Porque la obesidad acarrea problemas de todo tipo, más allá de que uno tenga más kilos".
Por ello, es importante tener en cuenta algunos de los datos que plasma esta encuesta. Por un lado, la encuesta refleja que el 92% de los niños y niñas dice que su opinión se tiene en cuenta en casa a la hora de hacer la lista de la compra y casi la mitad de los encuestados acompañan a sus padres en esa tarea. También participan a la hora de cocinar: el 82% de los menores asegura colaborar, al menos ocasionalmente, en la preparación de las comidas. Una cifra algo menor, curiosamente, en el caso del País Vasco.
Comida como premio o castigo
En cuanto a lo que comen, el 45% cree que podría mejorar sus hábitos introduciendo más frutas y verduras y bebiendo menos refrescos azucarados. Durante las comidas, el 66% de los chavales confiesa que come frente a una pantalla de televisión, móvil o tablet. Y un dato más a tener en cuenta: en el 54% de los hogares se utiliza la comida como premio o castigo. Algo sobre lo que advierte Alejandro Martínez Berriochoa: "un producto recomendado de uso ocasional lo es así se porte bien o mal el niño o haga los deberes o no la niña; no se puede convertir en algo que se cruza con otro tipo de consideración que no es la puramente nutricional". Y añade que "si encima asociamos determinados alimentos al castigo, lo estamos convirtiendo en algo que ya se va a recibir siempre como algo negativo". Y pone como ejemplo cuando amenazamos a nuestros hijos con que si no se portan bien, en lugar de pizza, comeremos acelgas. "¿donde se dejan las acelgas en el imaginario mental de ese chaval? En el peor sitio, es un castigo. Nunca las va a querer comer".
Comer solo o en familia
La encuesta también recoge que para el 90% de los niños y niñas sus padres y la familia son el referente en alimentación. Algo que habría que aprovechar para mejorar sus hábitos porque, por otro lado, los menores constatan que el desayuno -en el 18% de los casos- y la merienda -25%- son las comidas que más frecuentemente realizan en soledad.
"Está evidenciado", asegura el director de la Fundación Eroski, "que las familias que hacen el mayor número de ingestas juntas tienen, en general, una mejor salud nutricional porque la convivialidad, el compartir, está demostrado que funciona".
Por último, los menores encuestados han sido capaces de identificar que comen más o menos según su estado de ánimo, lo que les permitirá, según afirma Martínez Berriochoa, tener una relación equilibrada con la comida en su vida adulta.
Educación alimentaria
El director de la Fundación Eroski cree que todos estos datos evidencian que "la alimentación saludable debe ser un esfuerzo colectivo. Necesitamos familias informadas, educadores comprometidos y políticas públicas que faciliten la adopción de hábitos saludables desde la infancia. La encuesta realizada revela un margen de mejora en la formación alimentaria. La escasa influencia actual de los docentes en estos hábitos no revela sino la oportunidad única que los centros educativos tienen de potenciar la enseñanza de prácticas saludables".
Esta encuesta ha sido presentada, esta mañana, en el Kursaal de Donostia donde la Fundación Eroski celebra el 50º aniversario de 'Eroski Consumer' que "cumple medio siglo como el referente principal en la información y educación de las personas consumidoras". La jornada de hoy ha reunido a socias y socios consumidores de Eroski, a colaboradores, representantes institucionales y expertos del sector de la alimentación y los hábitos de consumo.