Actualizado hace 4 minutos
Los platos preparados, los precocinados son una opción alimenticia que no goza de muy buena fama en la mayoría de los hogares. Pero la demanda de estos alimentos sigue creciendo gracias a su variedad y accesibilidad, que los han convertido en una solución práctica para quienes enfrentan las exigencias de una vida laboral acelerada, que consume demasiado tiempo y agota más de la cuenta.
Dicen que otra de las ventajas de estos los platos es que ayudan a reducir los desperdicios, ya que, al estar distribuidos en porciones, se evita el excedente de comida. Aunque se puede valorar también el acúmulo de basura que suponen los envoltorios plásticos, metálicos o de papel y su posible reciclaje.
![Un expositor con varias bandejas de comida preparada para llevar.](https://cdn2.ondavasca.com/dc58178c-2450-41b5-a648-8f1d32e9fcb7_16-9-discover.jpg)
Un expositor con varias bandejas de comida preparada para llevar.
En lo que estrictamente se refiere a alimentación y salud, saber qué llevamos a nuestras mesas es clave para mantener una dieta equilibrada y sostenible y evitar sus desafíos nutricionales. La principal preocupación que causan estos productos, los posibles riesgos, suelen centrarse en su alto contenido en sodio, en sal, y en grasas saturadas, además de que carecen de la fibra y los micronutrientes esenciales. Además se presentan en porciones inadecuadas, según explica la nutricionista y profesora colaboradora de los Estudios de Ciencias de la Salud de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) Patricia Martínez.
Comodidad y salud: el equilibrio necesario
Los platos preparados destacan por su capacidad para ahorrar tiempo en la cocina, un aspecto especialmente valorado por las personas con agendas laborales apretadas. "La variedad de opciones disponibles, desde platos frescos hasta alternativas saludables, ha aumentado su atractivo, y se adaptan a distintas dietas y preferencias", explica Patricia Martínez. Además, su formato en porciones facilita la preparación y contribuye a reducir el desperdicio alimentario.
Sin embargo, Martínez recalca que no todos los platos preparados son iguales en términos nutricionales. "La calidad varía dependiendo del tipo de plato, los ingredientes y los métodos de preparación. Es esencial leer las etiquetas y elegir opciones con bajo contenido en sodio, grasas saturadas y azúcares", subraya. Este enfoque permite aprovechar los beneficios de estos productos sin comprometer la salud.
Retos para la salud
A pesar de su versatilidad, los platos preparados presentan desafíos importantes. "El sodio, utilizado para potenciar el sabor y mejorar la conservación a corto plazo, sigue siendo uno de los mayores inconvenientes de estos productos", señala Martínez. Si no se controla, el exceso de sal puede contribuir a problemas como la hipertensión y las enfermedades cardiovasculares.
Además, Martínez aconseja que los platos preparados se escojan según dolencias específicas: "Lo realmente importante en este caso es optar por opciones bajas en sodio, en grasas saturadas y en azúcares, especialmente para las personas con hipertensión o diabetes". En estos casos, la experta destaca la importancia de complementar estos alimentos con vegetales frescos y consultar a un nutricionista.
![Los platos preparados también pueden llevar vegetales frescos.](https://cdn2.ondavasca.com/8a9f8c65-b5ce-4e4b-a74a-6c2a0b151cbe_16-9-discover.jpg)
Los platos preparados también pueden llevar vegetales frescos.
Las grasas saturadas y las calorías que aportan las salsas y las frituras son otro obstáculo para que estos productos sean saludables. "Muchos platos preparados, aunque sean frescos, tienden a compensar con grasas y aditivos lo que pierden en sabor al eliminar ciertos ingredientes", advierte la nutricionista. De ahí la importancia de revisar las etiquetas para tomar decisiones informadas.
Cuidado del medio ambiente
Además de las etiquetas nutricionales, existen también las etiquetas verdes, que destacan la sostenibilidad o las características ecológicas de un producto, como, por ejemplo, la baja huella de carbono, la producción sostenible, el uso responsable de recursos (agua, energía) y el empleo de materiales reciclables o biodegradables. En algunos sistemas de etiquetado, el color verde se usa como una señal visual para indicar opciones más saludables o con menor impacto ambiental.
El impacto ambiental del empaquetado plástico sigue siendo un punto débil en muchos platos preparados. Aunque existen avances hacia materiales más sostenibles, Martínez subraya que "la búsqueda de soluciones más respetuosas con el medio ambiente es necesaria, pero los consumidores deben priorizar productos que equilibren salud y sostenibilidad". En cuanto a los ingredientes, la solución es sencilla: la industria debe comprometerse de forma sostenible a que los platos preparados sean de kilómetro cero, lo que reduciría la huella de carbono y aumentaría la riqueza nutricional, según añade la nutricionista.
Claves para un consumo equilibrado
La integración de platos preparados en una dieta saludable requiere una planificación consciente. Es fundamental combinarlos con alimentos frescos, como frutas y verduras, que complementen su perfil nutricional. Esto mejora el equilibrio de la dieta, al tiempo que aporta variedad y nutrientes esenciales, según afirma la nutricionista de la UOC.
Planificar un menú semanal es otra herramienta fundamental para quienes desean incluir estos productos sin comprometer la salud. "Elaborar un menú semanal que incluya platos preparados para días ocupados, complementándolos con alimentos frescos, permite optimizar el tiempo y garantizar que todos los grupos de alimentos estén presentes", aconseja Martínez. Además, sugiere consultar a un dietista para adaptar el menú a las necesidades familiares.
Finalmente, Martínez enfatiza: "Dedicar tiempo al ejercicio físico y ser conscientes de cómo nuestras elecciones alimentarias afectan a nuestro bienestar es igual de importante". Con planificación y elecciones informadas, los platos preparados pueden formar parte de una dieta funcional y equilibrada.