La Policía Nacional ha detenido a tres personas tras el altercado registrado entre los seguidores de José Antonio Primo de Rivera y las fuerzas de seguridad a la llegada del cortejo fúnebre con los restos del fundador de La Falange Española al cementerio de San Isidro.
Según ha podido comprobar 'in situ' Europa Press, la Policía Nacional ha detenido a tres personas que han sido trasladadas a dependencias policiales. La detención tiene lugar después de que cerca de 200 falangistas hayan roto la barrera policial que les alejaba de la necrópolis y hayan forcejado con agentres en el momento en el que han llegado los restos del político, exhumado este lunes del Valle de los Caídos.
Con gritos de "Arriba España", "Gobierno criminal" y "Primero asesináis y luego profanáis", los falangistas han forcejeado contra la Policía Nacional cuando han llegado los restos del político, exhumado este lunes del Valle de los Caídos.
Los seguidores de José Antonio Primo de Rivera se encontraban en la acera frente al cementerio, pero han logrado muy fácilmente romper la barrera policial desplegada para dicho efecto.
También se han visto banderas de La Falange y pancartas con la cara de Primo de Rivera con el escrito: "José Antonio Primo de Rivera ¡Presente!". Además, algunos falangistas han entonado el 'Cara al Sol', el himno falangista, con el brazo en alto.
Los restos del fundador de la Falange, José Antonio Primo de Rivera, han salido a las 12:52 horas de este lunes de la basílica del Valle de los Caídos, en cuyo altar mayor han permanecido sepultados desde la inauguración del recinto hace 64 años.
Por decisión de la familia, sus restos serán depositados en el cementerio madrileño de San Isidro, el más antiguo de la capital, donde están enterrados otros familiares del fundador de la Falange, como sus hermanos Miguel y Pilar.
Exhumación a puerta cerrada
Los trabajos para la exhumación de Primo de Rivera de la basílica del rebautizado Valle de Cuelgamuros se han llevado a cabo desde las seis de la mañana, a puerta cerrada y sin presencia de autoridades ni de prensa, coincidiendo con el 120 aniversario de su nacimiento.
El ataúd está ya de camino, desde la abadía benedictina hasta su nuevo emplazamiento, en un coche fúnebre, escoltado por la Guardia Civil y por una larga comitiva, donde viajan los familiares del fundador de la Falange.
Todo el proceso se ha acometido de acuerdo con la familia y ha estado exento de la enorme expectación mediática y polémica política que en octubre de 2019 acompañó la exhumación y posterior traslado en helicóptero del dictador Francisco Franco, también enterrado junto al altar mayor de la basílica desde 1975.
Reproches a la familia
Un centenar de personas, entre ellas muchos curiosos, esperan, mientras tanto, a las puertas del cementerio de San Isidro, en la capital, la llegada de los restos, en un ambiente de cierto malestar por la exhumación y la actitud de la familia de Primo de Rivera.
Varias personas se han concentrado ataviadas con cinturones, camisetas y brazaletes con la bandera de España, así como de banderas de la Falange y simbología franquista.
El jefe de la Falange, Manuel Andrino, ha reprochado, en declaraciones a los medios, la actitud de la familia, que ha calificado de "cobarde y servil". Ha rechazado además la actitud "profanadora" del Gobierno español mediante la Ley de Memoria Democrática.
Algunos de los concentrados acusaban a la familia de Primo de Rivera de no haber "luchado" lo suficiente para impedir la exhumación, que, además, calificaron de medida electoral a poco más de un mes para los comicios.
"Sus familiares, sobrinos-nietos, no conocieron a José Antonio, no se sienten relacionados con su doctrina y no han luchado por mantener su derecho a reposar ahí", ha denunciado Jesús Muñoz, convocante de esta concentración y que se define como falangista.
Muñoz ha asegurado que seguirán rindiendo homenaje a Primo de Rivera esté donde esté y ha lamentado que esta exhumación se haya convertido otra vez "en un circo", al igual que pasó hace cuatro años con la de Francisco Franco.
Acceso al recinto
Aunque los trabajos se han desarrollado a puerta cerrada, a la entrada se ha podido ver al menos dos vehículos fúnebres para proceder al traslado de los restos del fundador de Falange hasta el cementerio madrileño de San Isidro, en el que serán enterrados de nuevo.
El trasiego de vehículos ha sido continuo desde primera hora de la mañana en la puerta de acceso al recinto, que está custodiada por agentes de la Guardia Civil y donde se encuentraba más de una treintena de periodistas, sin que se haya registrado hasta el momento la presencia de manifestantes.
La llegada de los coches fúnebres se ha producido minutos antes de las ocho de la mañana y en estos vehículos han sido transportados los restos del fundador de Falange, en el que es su quinto entierro desde que fue fusilado tras ser juzgado por las autoridades republicanas en 1936 en la cárcel de Alicante, hace 86 años.
Cementerio de San Isidro
Tras la recuperación del féretro, el prior de la abadía benedictina, Santiago Cantera, ha rezado un responso antes del traslado al cementerio de San Isidro, elegido por la familia puesto que allí están enterrados otros familiares del fundador de la Falange, como sus hermanos Miguel y Pilar.
La exhumación cumple con lo establecido en la Ley de Memoria Democrática de 2022, que impide la presencia de restos mortales en ningún lugar "preeminente" del recinto, como es el caso de Primo de Rivera y como sucedía hasta 2019 con el dictador Francisco Franco, también enterrado junto al altar mayor en el año 1975.
Franco fue trasladado al cementerio de El Pardo el 24 de octubre de 2019 por decisión del Gobierno español, en lo que fue el primer paso de cara a la completa "resignificación" del enclave construido tras la Guerra Civil gracias al trabajo de millares de presos republicanos.
En aquella ocasión el Gobierno español sí concretó los pormenores del proceso de exhumación y el traslado del féretro en helicóptero hasta El Pardo, transmitido en directo por la prensa en medio de una gran expectación, y tras una intensa polémica política avivada por la resistencia de la familia del dictador a aquella decisión.
Ley de Memoria
Esta vez han sido los familiares de Primo de Rivera quienes solicitaron la exhumación sin esperar a que el Gobierno español ejecutara el cambio de ubicación en aplicación de la nueva norma.
Y aunque la ley permitía mantener sus restos en el Valle de los Caídos, como los de los más de 33.000 combatientes de ambos bandos de la Guerra Civil que descansan en sus criptas, siempre y cuando dejaran el lugar destacado que ocupan en el templo, sus descendientes han preferido llevarlos a un cementerio católico.
Tras la aprobación de la Ley de Memoria Democrática, las criptas adyacentes a la basílica y los enterramientos tienen carácter de cementerio civil y la voluntad del fundador de la Falange era ser enterrado en un cementerio sagrado y de acuerdo con el rito católico.
120 aniversario
Varias personas se han congregado a las puertas del cementerio para trasladar el malestar existente en los círculos falangistas al haber hecho coincidir la salida de Primo de Rivera del Valle de los Caídos con el 120 aniversario de su nacimiento, el 24 de abril de 1903. Critican también que se produzca cerca del inicio de la campaña electoral de las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo.
Apuntan además que el Valle de los Caídos llevaba cerrado desde la noche del jueves, por lo que desde entonces el acceso al recinto ha permanecido restringido. Además de la concentración del lunes, está previsto que se lleve a cabo otro homenaje en los próximos días en la nueva ubicación de los restos de José Antonio Primo de Rivera.
Quinto entierro
Se trata del quinto entierro del fundador de Falange, que fue fusilado en la cárcel de Alicante en 1936 y enterrado en una fosa común. Dos años después sus restos mortales se colocaron en un nicho, en el mismo lugar. Una vez finalizada la Guerra Civil, en 1939, fue exhumado de nuevo y llevado desde Alicante hasta El Escorial.
Su ataúd fue acarreado a pie por falangistas durante 10 días, pasó por Aranjuez, recorrió la Gran Vía de Madrid y entró en el monasterio de El Escorial el 30 de noviembre de 1939. Allí fue recibido por Franco y enterrado junto al altar mayor de la basílica.
Años después, en noviembre de 1959, cambió otra vez de ubicación, el día antes de que se inaugurase el Valle de los Caídos, y quedó enterrado en un lugar de honor en la basílica de Cuelgamuros. Ahora volverá a ser reubicado por deseo expreso de la familia, que se adelantó a la aprobación de la Ley de Memoria y solicitó al Gobierno español su salida del Valle de los Caídos.
De este modo sus familiares pretenden dar cumplimiento a la petición del propio Primo de Rivera que dejó escrito en su testamento que quería descansar en un cementerio católico. Desde el pasado octubre, con la entrada en vigor de la ley, el Valle se convirtió en cementerio civil.