El vicepresidente y consejero de Ordenación del Territorio, Vivienda, Paisaje y Proyectos Estratégicos del Gobierno foral, José Mª Aierdi, ha abogado este viernes por la progresiva implantación de redes colectivas de calor alimentadas con biomasa forestal como fuente renovable alternativa al gas “con el objetivo de responder a los retos que nos plantea la emergencia climática y favorecer la descarbonización de las ciudades y nuestro parque residencial, pero también como una respuesta audaz y de hondo calado social en defensa de los derechos energéticos de la ciudadanía, y aún más en un contexto crítico y con precios descontrolados como el que estamos viviendo en estos momentos en el mercado energético”.
“Antes ya era imprescindible avanzar en la descarbonización del parque residencial y de las ciudades, con el ambicioso objetivo marcado por Europa de cero emisiones para 2050, pero es que ahora es también una urgencia social de primer orden, a la que podemos responder además con una fuente energética verde como la biomasa, renovable, de proximidad y con un gran potencial en Navarra”, ha añadido el vicepresidente Aierdi.
El titular de Ordenación del Territorio ha visitado esre viernes, invitado por la empresa que construirá y gestionará la futura explotación de esta infraestructura promovida por la sociedad pública Nasuvinsa, el inicio de las obras de la central de calor de la Txantrea, un “innovador y pionero proyecto” llamado a introducir la biomasa forestal de origen local como principal fuente energética, con capacidad para abastecer de calefacción y agua caliente a 4.500 viviendas y edificios dotacionales públicos de este barrio pamplonés.
La central estará ya plenamente operativa a mediados del próximo año 2023, una vez que Nasuvinsa y la empresa adjudicataria ENGIE, a través de su filial Districalor Renovable de Pamplona/Iruña, concluyan la construcción de esta infraestructura. La central de calor será el eje transversal del proyecto Efidistrict Txantrea, cuyo objetivo es la rehabilitación energética integral y la regeneración urbana de este barrio de Pamplona.
Se trata de una infraestructura de referencia a nivel estatal y europeo, principalmente debido a su apuesta innovadora por el uso de la biomasa forestal de proximidad, compuesta por astillas de madera, como principal fuente de energía para alimentar sus calderas. La biomasa forestal es un combustible verde y renovable que podrá contar entre sus suministradores con el centro piloto de transformación creado en 2021 en Aoiz/Agoitz por la agencia del territorio y la sostenibilidad Lursarea, adscrita a Nasuvinsa.
Una reducción del 80% en emisiones de CO₂
La sustitución de las actuales calderas comunitarias de calefacción por la producción centralizada de agua caliente mediante biomasa permitirá una reducción de emisiones de CO₂ de en torno a 7.000 toneladas al año, lo que supone un 80% menos que en la actualidad.
La central de la Txantrea se construirá en dos fases, con una inversión total de 13,7 millones de euros. De esa suma, 6,8 millones serán aportados por Nasuvinsa y financiados al 50% por esta sociedad pública y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), y los 6,9 millones restantes por la empresa concesionaria ENGIE, responsable de la explotación de la planta durante un plazo de 36 años.
En su visita a las obras iniciadas recientemente, el vicepresidente Aierdi ha estado acompañado por el director gerente de Nasuvinsa, Alberto Bayona, así como Berta Úriz y Javier Martínez León, profesionales del equipo técnico de esta sociedad pública que ha desarrollado el proyecto. En representación de la empresa adjudicataria han asistido David Liste, director general Energy Solutions de ENGIE España; y Xavier Puyal, director de redes de calor y frío de la compañía.
El vicepresidente Aierdi ha agradecido expresamente “el esfuerzo realizado por el equipo técnico de Nasuvinsa y la empresa ENGIE, lo que ha permitido superar las dificultades y dotar a Navarra de esta infraestructura pública de referencia, que refuerza la estrategia del Gobierno foral en favor de la rehabilitación energética y regeneración urbana, y de la biomasa como energía verde preferente, con gran potencial de desarrollo en nuestra Comunidad, y que ya hemos incorporado también a todas las nuevas promociones del plan foral de vivienda de alquiler Navarra Social Housing”.
Por su parte David Liste, director general Energy Solutions ENGIE España, ha declarado que “la apuesta por la biomasa es una gran oportunidad para hacer frente a la emergencia climática. Además de ser una fuente de energía renovable y limpia, es más estable, próxima y económica que otras alternativas, por lo que estamos notando un creciente interés por este tipo de soluciones. De hecho, desde ENGIE ya contamos con más de 100 redes con biomasa en el mundo y seguimos analizando nuevos proyectos”.
Suministro a viviendas y edificios dotacionales públicos
Las instalaciones y equipos de la central de calor ocupan un edificio de planta baja que se está construyendo en una parcela de propiedad pública situada en el polígono industrial de Iturrondo, entre los términos municipales de Pamplona y Burlada/Burlata, colindante con el Centro San Francisco Javier, del Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea, y con el Parque del Mundo. De los 9.043 m2 de la parcela, 1.600 m2 están ocupados por la central de calor. Dicha parcela, de titularidad foral, ha requerido de una modificación del planeamiento urbanístico tramitada en el marco de un acuerdo de colaboración entre Nasuvinsa y los ayuntamientos de Pamplona y Burlada, en cuyos términos municipales se asientan dichas instalaciones.
Una vez completadas sus dos fases de desarrollo, la instalación producirá de manera centralizada agua caliente para cubrir la demanda de calefacción y de agua caliente sanitaria de más de la mitad de las viviendas del barrio, concretamente 2.200 en la primera fase de desarrollo, actualmente en ejecución, y otras 2.300 en la segunda. Además del suministro a comunidades vecinales, la central estará en condiciones de atender también las necesidades de otros edificios públicos próximos, tanto del Gobierno de Navarra como del Ayuntamiento de Pamplona.
El proyecto inicia su andadura con vocación de extender también el suministro al resto del barrio y al municipio colindante de Burlada, así como a varios edificios públicos asistenciales y de servicios situados en el entorno de la central, como el centro San Francisco Javier o centros educativos.
La planta tendrá una capacidad total de producción de hasta 39 MW y contará, además de las dos calderas de biomasa forestal como fuente de energía principal, con una instalación secundaria de gas natural para cubrir picos de consumo y situaciones de mantenimiento o emergencia. Para minimizar la potencia de esta instalación de gas y de su consumo, se ha previsto un depósito de agua de 1.800 m3, que permitirá priorizar la generación de calor con biomasa durante el período nocturno y aumentar así el empleo de esta energía limpia. El acopio de astilla para la alimentación de las calderas se ejecuta mediante un silo enterrado, con capacidad de 1.500 m3.