En el año 2004 se anunció el cierre del vertedero de San Marcos y se puso en marcha un proceso que se ha alargado durante 20 años y al que le quedan ya los últimos meses para ver que se hace realidad un deseo expresado insistentemente por quienes viven cerca de este vertedero, situado entre Donostia, Errenteria y Astigarraga, y que durante muchos años han sufrido malos olores y un tránsito intenso de camiones. No solo ha afectado a Donostia, Errenteria -sobre todo el barrio de Beraun, el más cercano al vertedero, o Astigarraga- también los vecinos de Pasaia, Lezo u Oiartzun han sufrido sus consecuencias.
Y ahora les llega una noticia que muchos creían ya hecha: el cierre definitivo de San Marcos. Tal y como nos ha explicado en Onda Vasca, el presidente de la Mancomunidad de San Marcos, Eñaut Gracia, "para muchos, en su imaginario, esto ya estaba hecho porque, al final, desde el 2020 o 2021 allí ya no se veían camiones con tanta intensidad". Pero cree que "el escuchar que se va a proceder al cierre definitivo y sellado del vertedero será una noticia que acogerán muy bien" los vecinos de Donostia, Astigarraga y Errenteria, "sobre todo, los de barrio de Beraun de Errenteria, que viven a 200 metros de la zona".
Una zona muy amplia
Las obras de esta última fase se han adjudicado por 7.083.295,51 euros (IVA incluido) lo cual ofrece una idea de la dimensión que tiene esta intervención que se prolongará durante un año y medio o dos años. Se va a actuar en una zona de unos 100.000 m2, "casi como 14 estadios de la Real Sociedad" apunta Gracia, quien explica que "con las tareas anteriores, lo que hay es una capa, una lámina geosintética, puesta por debajo. Encima de eso están, lo que las técnicas y técnicos estiman que son 3 millones de toneladas de residuos. Y ahora lo que se va a poner es otra lámina geosintética que encapsula la zona".
La previsión es que en las próximas semana se comience a levantar la tierra y a poner las láminas. "Visualmente es una bobina de este material", aclara el presidente de la Mancomunidad de San Marcos quien añade que "se empieza a desplegar bobina tras bobina y parece ser que el personal técnico que lleva estas tareas dice que es el momento más delicado porque no puede quedar ninguna fisura ni ningún hueco, porque después, cuando llueve, podría traer problemas".
Se prevé que estos trabajos puedan estar concluidos para inicios de 2026. Pero después, será necesario vigilar la zona durante otros 30 años más "donde sistemáticamente hay que hacer seguimiento, hay que hacer valoraciones, hay que medir que todo esté normal. Entonces, las tareas de seguimiento después van a ser durante 30 años, que es mucho tiempo".
Eñaut Gracia concluye que "si hoy estamos en disposición de acometer la última fase, también es gracias a que anteriormente se han hecho otras tareas. Aquí ha habido una tarea que ha sido como una carrera de relevos, todo el mundo entendía que por la zona en la que estaba, por la intensidad del uso y tantos años de uso, había que ir cerrándolo. Y gracias a que antes se han hecho otras tareas, estamos hoy en esta tesitura".