Este verano han comenzado las obras de restauración del puente medieval de Bereau, que salva el río Bidasoa entre Lesaka y Etxalar apenas un centenar de metros río abajo del puente nuevo. El presupuesto de licitación de la convocatoria promovida por la Dirección General de Cultura-Institución Príncipe de Viana del Departamento de Cultura, Deporte y Juventud del Gobierno de Navarra era de 628.817,58 euros (mas IVA) y la obra se ha adjudicado, con un 15% de rebaja, a la empresa Construcciones Leache SL de Agoiz, una empresa con experiencia en este tipo de obras de restauración de patrimonio.
El plazo de ejecución será de 16 meses y finalizarán en noviembre de 2023, pero no serán 16 meses de trabajo continuo, ya que se plantea en dos campañas temporales, separadas en el tiempo por el parón de la época invernal y primaveral, en la que no es posible disponer del andamio necesario para los trabajos debido a las crecidas del río Bidasoa. Además, con independencia de lo anterior, por razones de protección medioambiental, las obras han de realizarse entre mitad de junio y mitad de noviembre para no interferir en el periodo reproductivo de los salmónidos, conforme al criterio comunicado por la Sección de Medio Fluvial del Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente, lo que supone un periodo de ejecución máximo de cinco meses por año natural. Por tanto, la obra se paralizarán entre octubre de este año y junio del siguiente y se reemprenderá ese mes, para finalizar en noviembre de 2023.
Puente histórico
El puente, del que se desconoce la fecha exacta de construcción por lo que se ha encargado un estudio histórico, estaba vinculado a la ferrería medieval de este paraje, por lo que hay documentadas reparaciones y pleitos desde el siglo XVI, fue remodelado y ensanchado en 1906 y también ampliado y reforzado con hormigón en 1956, para que pudiera acoger el tráfico rodado de Laminaciones de Lesaka. En 1977, con la construcción del nuevo puente, se cerró al tráfico y dejó de pertenecer a la red de carreteras. Desde entonces, no se ha atendido la conservación del puente por parte del Servicio de Caminos; incluso la Agrupación de Transportes del Bidasoa SCL llegó a solicitar su demolición en 1988, ya que para construir una nave industrial en la margen izquierda del río, en el término municipal de Lesaka, se requería realizar un relleno para encauzar las aguas, y, con el fin de no restar capacidad de desagüé al cauce, la Confederación hidrográfica del Norte había puesto como condicionante la demolición del puente. Afortunadamente, no llegó a buen término. En la actualidad sirve de paso peatonal y de bicicletas entre las dos orillas del Bidasoa, que en la margen da acceso a la ruta verde del Bidasoa –coincidente con el trazado del antiguo tren de vía estrecha, llamado Txikito, que entre 1916 y 1956 estuvo en uso y unía las localidades de Elizondo e Irún–, y en la margen derecha conecta con la NA-1210.
Según señala Jose Luis Franchez Apezetxea, arquitecto del proyecto y jefe del Negociado de Patrimonio Arquitectónico en la institución Príncipe de Viana, “es el puente de mayor longitud (75 metros) y envergadura (4 arcos) que se va a restaurar en los últimos años en Navarra, es uno de los mejores puentes medievales sobre el río Bidasoa. Básicamente vamos a recuperar su configuración original, retirando todos los recrecidos laterales de hormigón, que es lo que estamos haciendo ahora y recuperar esa imagen de puente medieval de piedra. l
Grandes dimensiones. El puente salva el cauce mediante cuatro arcos semicirculares jalonados por tres tajamares con sus respectivas pilas; son de 14 m de luz aproximada en los tres arcos del lado de la margen izquierda, y de 15 metros de luz en el arco extremo de la margen derecha. Su longitud es de unos 75 m. La flecha de los arcos sobre el cauce es de unos 7 metros.