Cuando uno es niño, adolescente o joven resulta casi tan fácil coger peso como perderlo. Sin embargo, conforme se cumplen años y a partir de una determinada edad, deshacerse de un kilo y no volver a recuperarlo se convierte en un auténtico reto.
Con los años, el metabolismo basal tiende a disminuir, lo que puede traducirse en un aumento de peso si no se ajusta la ingesta de calorías y, además, los cambios hormonales relacionados con el envejecimiento pueden favorecer la acumulación de grasa abdominal.
También hay que tener en cuenta que la grasa es caprichosa y, por regla general, y por genética, en el cuerpo de la mujer se acumula en glúteos, caderas y muslos y en el de los hombres, en la zona abdominal y en la cintura, lo que se conoce como flotador o michelín.
Causas del 'michelín'
Esta acumulación de grasa abdominal, también conocida como lorza, es el resultado de una combinación de factores entre los que se encuentran, además de la genética, el estilo de vida, la dieta y las hormonas.
Algunas personas están genéticamente predispuestas a acumular grasa en la zona abdominal, pero no siempre se le puede responsabilizar a la genética de todo. Las dietas ricas en alimentos procesados, azúcares añadidos, grasas saturadas y bebidas azucaradas, como refrescos o zumos, están asociadas a una mayor acumulación de grasa en el vientre.
No practicar ejercicio de forma regular puede hacer que no lleguemos a quemar todas las calorías que consumimos y que, como consecuencia, broten o aumenten de tamaño los michelines y con ellos experimentemos un aumento de peso.
El estrés y los cambios hormonales también hacen de las suyas. El estrés crónico aumenta los niveles de cortisol, una hormona que puede promover el almacenamiento de grasa visceral (alrededor de los órganos internos), especialmente en la zona abdominal. En el caso de las mujeres, durante la menopausia, la grasa se puede redistribuir hacia la zona del flotador.
No dormir el tiempo suficiente puede alterar el equilibrio hormonal, aumentando el hambre y los antojos, lo que puede llevar a una mayor ingesta de calorías y a una acumulación de grasa en la zona abdominal.
El consumo excesivo de alcohol tampoco ayuda y puede contribuir al aumento de grasa en el abdomen, lo que se conoce como barriga cervecera, debido a su alto contenido calórico y a su capacidad de alterar el metabolismo de las grasas.
Perder grasa abdominal caminando es posible y a continuación te ofrecemos algunos consejos y estrategias para maximizar los beneficios de caminar:
1- Caminatas regulares y consistentes
Camina al menos cinco días a la semana entre 30 y 60 minutos cada día.
2- Paso rápido
Mantén un ritmo en el que puedas hablar pero no cantar, es decir, a una velocidad de entre 4 y 6 kilómetros por hora. Además, alterna intervalos de caminata rápida (durante 1 o 2 minutos) y moderada (2-3 minutos) y repite el ciclo a lo largo de la caminata.
3- Inclinación y terreno variado
Caminar en cuestas o en una cinta con inclinación hace que aumente la intensidad y la quema de más calorías. También es bueno alternar diferentes tipos de terreno (monte, cemento, arena...) para trabajar distintos músculos.
4- Postura correcta
Camina erguido, con la espalda recta, los hombros hacia atrás y los abdominales ligeramente contraídos. A la vez, mueve los brazos con cada paso para aumentar la quema de calorías.
5- Añadir peso extra
Llevar a la espalda una mochila con peso moderado puede incrementar la intensidad del ejercicio. Usar pesas ligeras para tobillos o muñecas también puede aumentar la resistencia y el gasto calórico.
6- Combinar con otros ejercicios
Incorpora ejercicios de fuerza (como abdominales, planchas y pesas) y flexibilidad (como el yoga) para completar tus caminatas.
7- Alimentación saludable
Acompaña tus caminatas de una dieta equilibrada, rica en frutas, verduras, proteínas magras y granos integrales. Además, bebe agua suficiente antes, durante y después de caminar.
8- Seguimiento y motivación
Usar un podómetro, un reloj inteligente o una aplicación de seguimiento para registrar tu actividad y tus progresos te servirá de motivación. Además, define metas a corto y largo plazo para ir viendo día a día los resultados.
Ya lo ves, plantar cara al flotador es una tarea que hay que abordar desde distintos enfoques. Caminar de por sí es una excelente forma de cuidarse y si la combinamos con una alimentación adecuada y un estilo de vida saludable nos puede ayudar a mantener a raya el temido michelín.