La imagen de Iñigo Martínez envuelto en una ikurriña mientras celebraba la victoria del Barcelona en la final de la Supercopa ha dado la vuelta al mundo. El defensa de Ondarroa, quien vivió un partido lleno de emociones, supo rendir homenaje a sus raíces vascas en un momento de máxima alegría tras la contundente victoria 5-2 de su equipo sobre el Real Madrid en Yeda.
La historia detrás de cómo consiguió la ikurriña es un reflejo de su conexión con su pasado en el Athletic y con los aficionados rojiblancos.
Una final llena de emociones para Iñigo Martínez
El partido comenzó de manera prometedora para el central, quien fue titular en el once del Barcelona. Sin embargo, en el minuto 28, el exjugador rojiblanco tuvo que abandonar el terreno de juego debido a un pinchazo muscular en el bíceps femoral de su pierna derecha. La lesión no solo lo apartó de la final, sino que también lo alejará de los terrenos de juego durante las próximas cinco semanas, según los primeros informes médicos.
A pesar de su frustración por no poder completar el encuentro, Iñigo no perdió el ánimo y desde el banquillo se convirtió en un ferviente animador para sus compañeros. Su entrega quedó patente al celebrar con entusiasmo cada gol del Barça y protestar varias decisiones arbitrales, lo que incluso le valió una tarjeta amarilla.
El intercambio que le permitió lucir la ikurriña
El momento más simbólico llegó tras la victoria. Una vez finalizado el partido, Iñigo Martínez se acercó a la grada donde estaban los seguidores del Athletic. Aunque el equipo rojiblanco no llegó a la final, un grupo de aficionados había adquirido entradas con la esperanza de ver a su equipo competir.
Fue allí donde el jugador pidió una ikurriña, que le fue entregada a cambio de la camiseta que había lucido durante el partido. Este gesto fue observado por algunos de sus compañeros, como Lamine Yamal y Gavi, quienes también intercambiaron camisetas por banderas, aunque con aficionados del Barcelona. Iñigo, por su parte, optó por recurrir a la afición rojiblanca, evidenciando su conexión con su antiguo equipo y sus raíces vascas.
La ikurriña, presente incluso en el avión
Lo que más llamó la atención fue la manera en que Martínez no se separó de la ikurriña durante toda la celebración. Desde el campo, pasando por el vestuario y hasta en el vuelo de regreso a Barcelona, el jugador la lució con orgullo. Incluso compartió en su cuenta de Instagram varias fotografías en las que se le veía con la ikurriña al cuello, destacando que para él, este símbolo es una forma de mantener viva su identidad y sus raíces en un momento tan especial.
Un gesto significativo con la afición del Athletic
La presencia de los aficionados del Athletic en la final de la Supercopa fue un detalle que no dejó de sorprender. Aproximadamente un centenar de seguidores rojiblancos viajaron a Yeda con la ilusión de ver a su equipo disputar el trofeo, aunque finalmente no lograron superar las semifinales frente al Barcelona.
El gesto de Iñigo Martínez al acercarse a estos seguidores, intercambiar su camiseta por una ikurriña y llevarla durante la celebración fue un homenaje a la lealtad de la afición, que nunca deja de apoyar a su equipo.
Iñigo Martínez, uno de los protagonistas de la celebración
Aunque solo pudo disputar 28 minutos del encuentro, Iñigo Martínez no dejó de ser protagonista. La goleada del Barcelona al Real Madrid y la posterior celebración le dieron la oportunidad de enviar un mensaje claro tanto a sus seguidores como a sus detractores.
En redes sociales, el jugador publicó un mensaje con un tono jocoso: "Bona nit" acompañado de un emoticono de cinco palmas, en referencia a los cinco goles que el Barcelona anotó en la final.
Una imagen que ha dado la vuelta al mundo
La imagen de Iñigo Martínez envuelto en la ikurriña se ha convertido en uno de los momentos más icónicos de esta Supercopa.
Más allá del simple gesto, simboliza la conexión del jugador con sus raíces y su aprecio por una afición que lo ha acompañado a lo largo de su trayectoria.