La tendencia de tatuarse no ha parado de crecer en los últimos años. Cada vez son más los adolescentes, jóvenes y también adultos que se impregnan de tinta la piel para cumplir un propósito concreto: mantener vivo el recuerdo de un ser querido, recordar una fecha señalada... o simplemente por gusto estético.
Sea cual sea el motivo que anima a tatuarse, quienes deciden decorar su piel con ellos poco antes del verano o ya sumidos en él deben tener en cuenta que, en esta época del año, hay que tomar precauciones especiales para evitar posibles infecciones y es que nuestros tatuajes sufren con la exposición solar, el salitre o el cloro de las piscinas.
Y es que pesar de que el verano no sea la mejor época para hacerse un tatuaje, cada uno es libre de hacer lo que desee con su cuerpo. Por eso, si decides hacerte uno, debes tomar las precauciones adecuadas y cuidar el tatuaje durante las primeras cuatro semanas después de hacerlo, un período de curación básico para un nuevo tatuaje.
Cómo cuidar tu tatuaje en verano
No mojarlo. Tanto el cloro como la sal pueden aclarar el tatuaje o causar reacciones en la piel. Mantenerlo seco es muy importante para no interrumpir el proceso de curación. Para ayudar a que no se moje la zona del tatuaje, podemos utilizar un parche de ducha elástico.
Evitar la exposición al sol. Debemos esperar, al menos, cuatro semanas para destaparlo. Si los tatuajes no están curados, y esto significa que deben pasar unos 30 días desde que te lo hiciste, es peligroso exponer el tatuaje al sol. Un tatuaje no dejar de ser una cicatriz hecha en la piel, y lo peor que se puede hacer con cualquier cicatriz es exponerla directamente a la luz del sol.
Lavarlo con frecuencia. Debe lavar el tatuaje con cierta frecuencia, esto es, al menos dos veces al día, con jabón neutro o antibacteriano y agua tibia. No hace falta frotar ni ejercer presión, solo pasar con suavidad el jabón y aclararlo con agua. No hay que saltarse nunca la limpieza, especialmente en los primeros días. De esta manera, se reduce el riesgo de que se formen costras, que podrían dejar cicatrices y estropear el diseño.
Secarlo sin frotar. Para ello se puede utilizar una toalla de un tejido muy suave o con una gasa. La técnica consiste en dar ligeros toquecitos hasta absorber toda la humedad. Al secarlo, no hay que frotar para no acentuar la irritación.
Mantenerlo hidratado. Una buena hidratación ayudará a mantener la piel flexible y libre de infecciones. Asimismo, es recomendable hidratar la piel continuamente, no solo cuando se ha hecho el tatuaje.