Los meses de octubre y noviembre son ideales para que las setas surjan en nuestros bosques. Es la mejor temporada porque se juntan las mejores condiciones climatológicas para los hongos, una alta humedad -por el aumento de la lluvia- y unas temperaturas suaves. Edu Azurmendi, presidente de Urrusti Mikologia Elkartea, resume en Onda Vasca con Txema Gutiérrez: "Euskadi es una tierra de gran riqueza micológica, tenemos prácticamente de todo". Es verdad que la lluvia se ha hecho esperar, "ha llovido poco y hace poco, así que es ahora cuando se está cogiendo setas. No en grandes cantidades, pero se están cogiendo".
Variedades más comunes
En Euskadi hay bastantes variedades de russulas. De las que más salen, explica Azurmendi, la urretxa (russula cyanoxantha, también conocida como carbonera, boina de monte o seta de cerdo), "que es muy buena" y el gibelurdin (russula virescens, comúnmente llamado gorro verde o seta del cura), "que es más suave todavía". También están saliendo bastantes níscalos y dos tipos de hongo como son los boletus edulis y aereus, "prácticamente los mejores tipos de hongo que hay".
¿Seta u hongo?
Tanto unas como otros forman el reino Fungi ya que, por sus características, estos organismos no pertenecen ni al reino animal ni al reino vegetal. Todas las setas son hongos, pero no todos los hongos son setas. ¿Cómo diferenciarlos? "Los hongos son los que tienen poros debajo del sombrero, como agujeritos", explica June Iza, vicepresidente de la sociedad micológica y bióloga de profesión: "Las setas son las que tienen láminas".
Consejos útiles
A la hora de distinguir entre una seta comestible y una venenosa, es mejor no arriesgarse y no fiarse de la apariencia física. Azurmendi explica: "Porque una seta sea fea, no tiene que ser tóxica". Pone el ejemplo de la trompetilla de los muertos (Cantharellus cinereus) que "es negra y está riquísima". Para identificar una especie correctamente, es imprescindible conocerla previamente. Si no es el caso y tenemos dudas, lo mejor es no cogerla. Si, aún así, decidimos llevárnosla, debemos tomar la precaución de transportarla separada del resto de setas, "en una bolsa aparte o en la misma cesta, pero metida en una bolsa de plástico". De esta manera, evitamos que las esporas contaminen el resto de setas que hayamos recogido. Lo mejor es acudir a los expertos. Entidades como la propia Sociedad Micológica Urrusti ofrecen un servicio de identificación de setas.