Araba

¿Cómo parían las vitorianas hace tres siglos?

Un libro presentado en el Colegio Oficial de Enfermería de Álava narra el papel de las matronas de la Vitoria de los siglos XVIII y XIX, una historia de cómo una figura de prestigio fue perdiendo funciones y quedando relegada
Ferreiro y Lezaun en la presentación.

La figura de la matrona se creó en el momento en que una mujer ayudó a otra a parir. Desde entonces, esta tradición ancestral que trasciende fronteras y culturas ha ido evolucionando hasta ser la profesión sanitaria de prestigio que hoy conocemos. Pero su historia cuenta con ingratos capítulos menos conocidos, como que la matrona, que llegó a ser una reconocida figura municipal durante la edad moderna, fue poco a poco cayendo en el desprestigio bajo acusaciones interesadas de impericia hasta terminar perdiendo las riendas de su profesión en favor de la cirugía. La realidad de cómo ocurrió en Vitoria-Gasteiz se recoge en el libro Parir y criar, matronas y nodrizas en la Vitoria de los siglos XVIII y XIX.

Es un pretendido homenaje a las matronas a partir de la constatación documental de que, efectivamente, su desplazamiento en favor de los cirujanos fue una usurpación ilegítima, pues estos no fueron capaces de disminuir la mortalidad perinatal

Manuel Ferreiro y Juan Lezaun - Comisión de Historia y Humanidades del Colegio Oficial de Enfermería de Álava (COEA),

Se trata de una obra de los miembros de la Comisión de Historia y Humanidades del Colegio Oficial de Enfermería de Álava (COEA), Manuel Ferreiro y Juan Lezaun. Ha sido presentado este mes de diciembre en la sede del COEA como cierre de la II Jornada de Historia de la Enfermería ‘Matronas, comadres, parteras: huellas históricas de una cultura universal’.

Caso particular

El libro habla de una de gran prestigio y reconocimiento que ejerció su profesión por 49 años en Vitoria, Antonia de Zestaum. Su fallecimiento llegó a causar gran conmoción en el consistorio, tal y como se recoge en el Acta municipal del 12 de junio de 1722: “En este ayuntamiento se propuso el gran desconsuelo con que quedarían todos los vezinos y moradores de esta dicha ziudad y los de los quarenta y ocho lugares de que se compone su jurisdicion si por fallezimiento de Antonia de Zestaum, comadre...”.

“Es un pretendido homenaje a las matronas a partir de la constatación documental de que, efectivamente, su desplazamiento en favor de los cirujanos fue una usurpación ilegítima, pues estos no fueron capaces de disminuir la mortalidad perinatal y materna de la que descaradamente hacían culpables a las matronas”, afirman sus autores.

Varios ejemplares del libro. Cedida

Documentación oficial

La documentación proviene de fuentes administrativas, mayormente del Ayuntamiento y Diputación, y refleja una evolución hasta el siglo XVIII, cuando la matrona pierde el contrato municipal, y cómo al principio del siglo XIX empieza a disminuir su autonomía en favor de un papel como auxiliar del cirujano municipal, que es a quien el consistorio contratará como comadrón.

Ferreiro y Lezaun en la presentación. L. Rico

Según explica Ferreiro, "en 1854, la Casa de Maternidad de Vitoria, ya con el Cirujano comadrón como figura principal, contrataba los servicios de ‘una mujer versada en la práctica de partos’, pero que ya no la nombra como matrona”. En el texto se recoge que se contrataba “para que auxilie al facultativo y esté encargada de las maniobras insignificantes de ellos que aquel no deba ejecutar por sí mismo”, según el Archivo de Vitoria.

También nodrizas

Junto a las matronas, el libro recoge el devenir de otro colectivo femenino relacionado, como fueron las nodrizas. Por ejemplo, en el libro se recogen anuncios como uno del Heraldo Alavés, del 14 de mayo de 1901, que reza: "Cruz Alegría. Profesora en partos. Gabinete de consultas para casos de su profesión. Pintorería, 80. Proporciona nodrizas a los particulares, de inmejorables condiciones”.

El texto se esfuerza en limpiar también la leyenda negra sobre las nodrizas, pues si a las matronas se les acusó injustamente de “asesinas”, a las nodrizas se les etiquetó de “mercenarias” por poner precio al ‘elixir de la vida’ que portaban. Sin embargo, el sistema de selección de nodrizas que se implantó en el hospicio de Vitoria fue, en palabras de Lezaun, “una verdadera excepción positiva en el negro panorama de las inclusas españolas”.

La profesora Flor Correyero Tadeo de la Escuela de Enfermería de Vitoria con dos asistentes L. Rico

Según los autores “si a las matronas les privó de su propia autonomía el desarrollo profesional de la cirugía masculina durante el XVIII, a las nodrizas lo hizo el desarrollo industrial del XIX, al ser capaz de recrear un elixir artificial que tuvo un enorme éxito en las ‘gotas de leche’, como la que se implantó en Vitoria a principios del siglo XX”.

14/12/2022