A nadie se le escapa que el gol es lo que más se valora a la hora de acometer operaciones tan costosas como el fichaje de Alexander Isak por el Newcastle United. El fondo soberano Saudí ha tenido que desembolsar la enorme cifra de 70 millones para hacerse con los servicios del ex txuri-urdin. Pero dejando de un lado los números y centrándonos en lo táctico, ¿qué piezas debería de tocar el entrenador Eddie Howe para sacar el máximo rendimiento del sueco?
Las directrices del director deportivo Dan Ashworth eran claras, las urracas querían un ariete con proyección, habilidoso, rápido a los espacios y de gran estatura. Tras rondar el mercado en busca de su nuevo delantero y confirmarse la lesión del atacante titular Callum Wilson, el club inglés apostó por el sueco, al que ya le había echado el ojo anteriormente.
Desde que los saudíes compraron el equipo y pusieron a Eddie Howe al mando, las urracas han dejado de ser ese equipo hermético al que le costaba salir con el balón en los pies. Aún así, la mayoría de las anotaciones han llegado mediante centros laterales y el balón parado, facetas que no significan la especialidad de Isak.
Las ocasiones más claras del Newcastle llevan el nombre del francés Allan Saint Maximin, un habilidoso extremo izquierdo que vuelve locos a los laterales con sus driblings y centros envenenados. En el otro costado, el paraguayo Miguel Almirón cumple la misma función pero sin la espectacularidad de Saint Maximin. El delantero titular es el inglés Callum Wilson, que el curso pasado registró ocho goles en 18 encuentros, y en esta temporada lleva tres dianas en dos choques. Un delantero que se rompe fácilmente y que está más que acostumbrado a perderse gran cantidad de partidos .
A la espera de que lleguen nuevas caras para reforzar el ataque y Wilson se recupere, Isak es la única referencia arriba que tienen la urracas, junto con un Chris Wood que tiene pie y medio fuera del club.
Durante las tres temporadas en que el sueco ha militado en la entidad txuri-urdin ha demostrado que no es un killer del área, a pesar de que en la temporada 2020-21 registró un promedio goleador de 17 dianas. El curso pasado a Isak le costó ver puerta, marcando diez goles en 41 encuentros. Este ejercicio lo ha comenzado con la flecha para arriba, anotando de vaselina ante el Barcelona, pero es una incógnita si el de Solna seguirá inspirado.
El Newcastle United tiene más argumentos en la faceta ofensiva con la llegada del ex txuri-urdin. Aparte de ser un equipo dañino por arriba también podrá salir a la contra con la velocidad de crucero del sueco, una carta que conoce bien Howe, ya que en el anterior choque ante el Manchester City, cuando empataron a tres, las urracas demostraron ser letales a la contra.
Otra opción que gusta mucho a Eddie Howe es la de retrasar al atacante para que acompañe a Wilson, como hizo con el brasileño Joelinton, que pasó de ser un nueve, a ocupar el rol de llegador y posicionarse por detrás del atacante robando balones. Isak podría tomar el papel de ayudante, y no de referencia. Y ser clave a la hora de romper a los espacios.
La asociación Isak-Silva ha dado muchas alegrías a los realzales, ya que el sueco destaca mucho si a pocos metros a la redonda hay un jugador con talento. En Inglaterra podría entenderse muy bien con el brasileño Bruno Guimaraes, que llegó a las urracas en el mercado invernal del curso pasado, y a pesar de su corto período de adaptación se ha convertido en el organizador del equipo. Junto con Saint Maximin, el jugador más talentoso del once.
El balón parado es otra especialidad de los ingleses. Las faltas son ejecutadas con maestría por Kieran Trippier, y los saques de esquina siempre son peligrosos si los cabecean los centrales Fabian Schar y Sven Botman. En esta faceta es más difícil que el escandinavo brille.
Isak puede encajar en el once de Edie Howe de muchas maneras. Pero el escandinavo tendrá que lidiar con la presión de los aficionados del club del nordeste de Inglaterra, que buscarán una reacción inmediata del sueco una vez que salte al verde del Saint James’ Park. El de Solna tiene que justificar los 70 kilos que han pagado por él.