Con la muerte de Isabel II se activa automáticamente la sucesión al trono británico. Desde 2015 (ley de 2013), la sucesión sigue las reglas de la primogenitura absoluta, es decir, tienen preferencia los hijos nacidos en primer lugar con independencia de su sexo. En este caso sería, por tanto, Carlos de Inglaterra el nuevo rey.
Hasta esa fecha se seguían las reglas de la primogenitura pero dando preferencia al varón sobre la mujer: tenían prioridad los hijos sobre las hijas y los hermanos sobre las hermanas. Como la ley de 2013 no tiene efectos retroactivos, se mantuvo la prioridad sucesoria establecida.
La línea británica de sucesión está separada pero es simétrica a las líneas de sucesión en los otros 15 países que conforman la Commonwealth, a menos que la constitución del reino específicamente se remita a las reglas de sucesión del Reino Unido
El 28 de octubre de 2011 los 16 países miembros de la Commonwealth que tienen como soberana a la reina de Inglaterra aprobaron la propuesta del entonces primer ministro británico, David Cameron, de eliminar la preferencia masculina en el acceso al trono.
La reforma entró en vigor el 26 de marzo de 2015, pero como decíamos sin efectos retroactivos. Así, solo se aplicó a los miembros de la familia real nacidos con posterioridad al año 2013.
La primera vez que se hizo efectiva la nueva ley fue al nacer el príncipe Luis de Cambridge, tercer hijo del príncipe Guillermo y la princesa Catalina, en 2018. Continuó en la línea de sucesión por detrás de su hermana Carlota (nacida en 2015), en lugar de precederla, como habría sucedido con la antigua norma.