Al otro lado del teléfono, el presidente de la Sociedad de ciencias Aranzadi repasa “asombrado” todo lo conseguido en los 75 años que lleva en marcha la sociedad. Y es que subraya que con los pocos recursos con los que han contado a lo largo de esta trayectoria ha sido un recorrido enriquecedor, en el que han logrado alcanzar hitos.
Además, insiste optimista en que aún queda mucho por hacer; y aunque no se atreve a vislumbrar dónde estará Aranzadi dentro de una década, se muestra seguro de que haga el recorrido que haga, deberá hacerlo mano a mano con la sociedad. Como dice presidente, “el lema que tenemos es que no hay futuro sin ciencia ni tampoco pasado sin memoria, y los dos están relacionados. Hay que unir. Si vamos hacia el futuro es porque venimos de un pasado. La propia naturaleza nos dice de dónde venimos y a dónde vamos”.
Con el foco puesto sobre todo en los arqueólogos que conforman el equipo que en los últimos años ha estado exhumando víctimas de la Guerra Civil, Otamendi repasa también otras de las labores que realizan los cientos de científicos y voluntarios que trabajan cada año divulgando conocimiento.
Aranzadi cumple 75 años. Echando la vista atrás, ¿qué ha logrado la sociedad en todo este tiempo?
Es imposible centrarse exclusivamente en un tema. Cada época ha tenido su momento importante. Cuando se descubrió el tema de las setas fue un boom, y Aranzadi realizó un publicación pionera a nivel europeo. Las pinturas rupestres también han sido un ámbito importante en toda nuestra trayectoria. Pero es cierto que en este momento la labor más importante está siendo el tema de la memoria histórica. Sin embargo, hay otras labores que se realizan en el día a día. También llevamos años anillando aves, con la importancia que tiene. No solo por el anillamiento, sino por lo que enseña.
¿En qué sentido?
Parece que solo miramos qué pasa con los pájaros, con los bichos que andan por el suelo, las ranas… Pero no, todo eso tiene unas consecuencias. De ahí recogemos datos sobre de dónde viene el cambio climático. Nos fijamos solo en que llueve más o menos, pero no nos damos cuenta de que hay un montón de material que nos advierte de cómo va la evolución, cómo van las aves de norte a sur. El cambio climático se demuestra en un montón de detalles. Hay que consultar datos de la naturaleza para que sirvan de anticipo sobre lo que vendrá. El lema que tenemos es que no hay futuro sin ciencia ni tampoco pasado sin memoria, y los dos están relacionados. Hay que unir. Si vamos hacia el futuro es porque venimos de un pasado. La propia naturaleza nos dice de dónde venimos y a dónde vamos.
Como comentaba, una de sus señas de identidad más importante es la labor que hacen en el ámbito de la memoria histórica.
Sí, en este momento está siendo lo más importante. Vamos a centrarnos en la Guerra Civil, que parece que nos da miedo o vergüenza hablar sobre ello. Como sociedad, hay que hacerle frente. Hay que saber qué pasó. Llegamos tarde, pienso que habría que haber empezado mucho antes. Sobre todo para tener una satisfacción, porque habrá personas a las que les haremos un honor al recuperarles, darles un reconocimiento de su dignidad que hasta ahora no se les ha otorgado. Creo que nosotros lo tenemos que hacer. Quizás hemos tardado demasiado.
¿Había que haberlo hecho antes?
Hay muchos familiares a los que les hubiese gustado verlo y que no están en este momento. De hecho, uno de los ejemplos más recientes es la excavación que estamos haciendo en Bilbao, en Begoña. Estamos haciendo algo importante. No solamente están apareciendo cuerpos de la Guerra Civil, es que debajo están las guerras carlistas. Está apareciendo todo ahora. Toda esta gente que está allí, que parece que no les hemos hecho caso, merecen un homenaje, un mínimo de dignidad. Y en eso estamos.
No solo trabajan en Euskal Herria.
No. Lo mismo estamos haciendo en Sevilla, que tienen un campo enorme. Y empezaremos también en Baleares. No solamente son de aquí, estamos abiertos a todo el mundo. Tratando de buscar la dignidad de la persona humana, y la dignidad del hombre, para la recuperación, y la búsqueda de la verdad.
Además de las exhumaciones han recopilado una base de datos a lo largo de los últimos años. En total cuenta con un total de 21 000 registros a disposición de la ciudadanía.
Claro, claro. Es una labor compleja. Parece que es excavar un poco y ya. Pero no, hay que saber quiénes eran. Hay una labor detrás de todo eso. Por una parte, la labor de investigación histórica, y otra de excavar, para buscar lo que hay. Por los derechos humanos de esas personas, y de las que viven ahora, de sus familiares. Incluso diría que de toda la sociedad. No tenemos que olvidarnos que eso ha existido para que no vuelva a existir.
Nombra la dignidad y memoria. ¿Para alcanzarlo, es importante saber quiénes eran esas personas que están exhumando?
No siempre es fácil hacerlo. Se encuentran todos los cuerpos juntos. Pero se sabe que están allí, y es importante. Importante para ellos para recuperar su verdad y dignidad, pero también para que los familiares sepan que están ahí. De esa manera, se les da el honor y respeto que merecen. Estamos haciéndolo lo mejor que podemos, y es uno de los trabajos más importantes que realizamos actualmente. Como te comentaba antes, en Bilbao mismo, en un sitio que parece tan cerrado, parecía que no había nada y están apareciendo un montón. Creíamos que solo habría una capa, ¡pero debajo hay más! Todos merecen respeto, y sus descendientes, e incluso el pueblo, también. Como ciudadanos merecemos tener ese respeto de esas personas que han muerto por nosotros. Si somos algo es porque ellos murieron en su día. Queremos buscar la verdad, y la reparación de todas esas personas. Hablamos del soldado anónimo, como si solo hubiera ocurrido en la primera y segunda guerra mundial. Pero aquí, cerca de nosotros, también los tenemos.
Desde el año 2000 Aranzadi trabaja en las exhumaciones de fosas comunes de desaparecidos y ejecutados en la Guerra Civil. Facilitará la labor de la Sociedad la nueva Ley de memoria democrática?
Esperemos que nos sirva positivamente. Porque hasta ahora ha habido dificultades, pero en este caso tenemos alguna ventaja o posibilidad mayor. Me acuerdo del cuelgamuros. Me olvido de lo que es el monumento por decirlo de alguna manera y me centro en las personas que están ahí, que buscan y quieren una recuperación. Y no solo ellas, sino la sociedad en su conjunto. Debemos ser conscientes. Tenemos que buscar la paz. Tiene que ser un motivo para que no volvamos a meter la pata de esa forma tan indecente en ninguna ocasión. Y eso es un paso más.
¿Cómo celebran este 75º aniversario? ¿Satisfechos con lo conseguido?
Es verdad que hemos conseguido un montón de cosas. Mirando 75 años para atrás vemos la cantidad de cosas que se han hecho, e incluso nosotros mismos nos quedamos un poco admirados; de cómo hemos podido hacer todo eso con unos recursos tan cortitos como los que hemos tenido a lo largo de todas estas décadas. Pero lo que quiere decir es que de cara al futuro tenemos que seguir haciendo lo mismo. Vamos a seguir, no tiraremos la toalla. Continuaremos hacia adelante, nos lanzamos a un futuro que nos abre muchos caminos pero con optimismo.
¿Qué objetivos se marca la sociedad Aranzadi de cara al futuro? ¿Dónde le gustaría que estuviera de aquí a diez años?
Una de las cosas importantes que veo es que la sociedad debe ir adaptándose a la misma sociedad. Aranzadi no va a ser un ente independiente, tiene que estar dentro de la sociedad, tiene que trabajar codo a codo con la universidad. El futuro lo tenemos que ver en común. No es fácil porque hay que ir descubriendo las necesidades, pero ahí vamos a estar. Luchando por la investigación. Y recordando la memoria, uniendo la memoria con el futuro. Porque no hay futuro sin ciencia, ni pasado sin memoria. l