Queda poco para conocer la decisión de la Comisión Nacional de los Mercado y la Competencia (CNMC) sobre la opa del BBVA sobre el Sabadell. Este mismo mes, previsiblemente a mediados, anunciará si aprueba la operación en primera fase o si, por el contrario, la concentración requiere un análisis más detallado por los problemas de competencia que pueda generar, lo que daría paso a la segunda fase del proceso, donde se contempla la participación de terceros interesados.
Han pasado ya cinco meses desde que el BBVA lanzara la opa hostil (valorada en 12.000 millones de euros) por todas las acciones de Sabadell. La idea del banco vasco es ofrecer a los accionistas del catalán el pago de 0,29 euros en efectivo y entregar una acción nueva por cada 5,019 del Sabadell, teniendo en cuenta los dividendos pagados por ambas entidades en octubre. Pero la adquisición tiene que ser autorizada por la autoridad de defensa de la competencia y también por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). La duda está en si el supervisor bursátil decide esperar a conocer la opinión de Competencia antes de pronunciarse. De momento, parece que sí.
En una rueda de prensa esta semana, el consejero delegado del BBVA, Onur Genç, confió en que la CNMC apruebe su propuesta de compra sin llevar el análisis a una segunda fase de investigación. Aunque también abrió la puerta a retirarla si el organismo regulador acaba imponiendo unas condiciones "inaceptables o inasumibles en términos de creación de valor". En la primera fase, que en teoría dura un mes pero que en este caso se está alargando cinco, Competencia analiza la operación y su consejo decide si la fusión debe ser autorizada –con o sin compromisos– o si exige un análisis más detallado.
Asimismo, tras el examen en segunda fase, el organismo tiene que resolver si la concentración debe ser autorizada de pleno o con compromisos. Si éstos no fueran suficientes para resolver los problemas de competencia observados, la CNMC puede decidir imponer condiciones a la concentración que complementen o sustituyan los propuestos por la entidad. Y, finalmente, en caso de que no existan compromisos o condiciones que resuelvan los problemas de competencia, podría prohibir la concentración. En el caso de que la resolución del consejo de la CNMC sea de prohibición o subordinación a compromisos o condiciones, la operación pasaría al Ministerio de Economía que, a su vez, podría elevarla en un plazo de 15 días al Consejo de Ministros.
Según el organismo, la mayoría de las operaciones se aprueban en primera fase, como fue el caso de la fusión de CaixaBank y Bankia, la mayor operación de concentración de la historia financiera del Estado, que recibió el visto bueno –aunque con condiciones– en esta etapa, que se alargó durante cuatro meses. Este fue el caso también de la fusión de Unicaja y Liberbank, cuyo análisis no llegó a dos meses. En cambio, ninguna de ellas se hizo a través de una opa hostil.
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Genç confirmó que la entidad ha presentado a la CNMC una serie de concesiones o remedies, sin desvelar detalles por tratarse de un proceso confidencial. "Debería ser fase uno porque no hay un problema de competencia", defendió durante la presentación de resultados de la entidad, que se ha anotado un beneficio récord de 7.622 millones de euros de enero a septiembre, un 28% más respecto al mismo período del año pasado. "Nuestra previsión es que se apruebe en fase uno, sin remedies estructurales pero si va a fase dos y los remedies pasan a ser inaceptables o inasumibles en términos de creación de valor (...) tenemos la opción de dar marcha atrás", apuntó.
Esta posibilidad ya estaba contemplada en el folleto remitido al supervisor bursátil de Estados Unidos, la Comisión de Bolsa y Valores (SEC, por sus siglas en inglés). E insistió una vez más: "Llevarlo a fase dos sería que hubiese un problema de competencia y no lo hay".
Calendario
De aprobarse este mes y en primera fase, la opa seguiría el calendario marcado por BBVA, en el que se estimaba un tiempo de entre seis y ocho meses para lograr las autorizaciones. Pero de pasar a segunda fase, la operación podría alargarse, según algunas estimaciones, hasta el segundo trimestre de 2025 como poco, lo que aumenta la incertidumbre. "Acabamos de tener una operación hace tres años que se aprobó en fase uno pese a crear un banco más grande que superaba todos los umbrales", señaló Genç en referencia a CaixaBank, al destacar que la entidad resultante de la eventual fusión ni siquiera supondría crear el banco más grande del Estado.
Quien también se ha pronunciado esta semana es Sabadell, cuyo consejero delegado, César González-Bueno, aseguró que "hay un clamor por parte de la sociedad" para que esta operación sea analizada en "profundidad". Señaló, asimismo, que ve lógico que el BBVA tenga “prisa” por lanzar su opa a los accionistas de la entidad catalana, porque ha perdido 10.000 millones en Bolsa desde que anunció sus planes. El Sabadell también ha presentado resultados esta semana, y también de récord: entre enero y septiembre 1.295 millones, un 25,9% más que en el mismo periodo del año anterior.