El momento en el que te entregan un coche nuevo es uno de esos que a todo el mundo que puede vivirlo le hace ilusión. Conscientes del precio que ha costado, y a veces después de un buen tiempo de espera hasta que el vehículo ha llegado desde la fábrica, ese instante en el que te entregan las llaves, ese olor a nuevo, ese interior impoluto y lleno de nuevas tecnologías y ese exterior con la pintura inmaculada, que se ve aún más bonita con la estudiada iluminación del concesionario, llevan a que ese momento sea muy especial.
Todo está tan nuevo que muchas veces el primer trayecto que se realiza al salir del concesionario se vive con miedo de sufrir un percance que arruine la perfección inicial del coche, y más cuando en esos primeros instantes el conductor aún no está hecho a los nuevos pedales, los retrovisores, la posición del asiento, la de la palanca de cambios o incluso la altura y longitud del vehículo, que por ejemplo cambia bastante de un turismo a un SUV.
Matrículas distintas
Lo que no puede esperar el comprador del coche es que se lo entreguen con un fallo que podría provocarle una multa de hasta 200 euros nada más salir del concesionario, un error que no viene de fábrica y que nada tiene que ver con la mecánica. Le ha sucedido a una mujer, que compró un Volkswagen Golf en un concesionario de Barcelona y que descubrió casi de casualidad que le habían puesto dos matrículas diferentes, como ha explicado en la red social X (antes conocida como Twitter). Los números eran los mismos, pero las letras estaban cambiadas: por delante aparecía MSW y por detrás, MWS.
“Maravilloso ir a buscar el coche nuevo y darte cuenta de que la matrícula de delante y la de atrás sean diferentes”, ha publicado en catalán, con fotos de la matrícula delantera y trasera con los números tachados. Se dio cuenta de la chapuza porque al ver su coche de frente junto a otros también listos para entregar, vio que los demás tenían matrículas que comenzaban con las letras MW, con lo que le entraron dudas de que su coche fuera realmente nuevo. Entonces miró la trasera y se dio cuenta de lo que sucedía.
Culpa del concesionario
Al parecer, el concesionario había cambiado una de las matrículas para ponerle su publicidad y al hacerlo equivocó el orden de dos de las letras. Según los comentarios que el post ha recibido, esos errores no son tan extraños, ya que varios usuarios de X relatan experiencias similares. Alguno bromeaba con que podía haberla dejado así, para evitarse multas en un radar, pero siendo la buena la trasera no se iba a librar.