El "No compres, adopta" que se ha hecho popular cuando alguien está interesado en incluir a una mascota en su familia le habría salvado a una familia peruana de un engaño que ha revolucionado a su vecindario en Lima.
Un adolescente del distrito de Comas acudió al mercado ilegal en la capital peruana para comprar un perro, pero lo que le vendieron, por poco más de 10 euros, era realmente un zorro. Al ser un cachorro, el engaño pasó desapercibido, y el joven se marchó a casa con el animal convencida de que se trataba de un husky siberiano. "Mi hijo quería una mascota y se fue al centro a comprar un perro. Le dieron un perro lobito, pero él no sabía que era un zorro. Cuando ya fue creciendo y nos quiso morder, mi esposo se dio cuenta de que era un zorro, incluso por el olor de las heces", explicó Maribel Sotelo, madre del joven engañado.
El cachorro, bautizado como Run Run, fue creciendo hasta que un día se asustó por una tormenta y huyó de casa. Desde entonces todos los intentos por capturarlo habían resultado infructuosos, y el zorro, de unos ocho meses, se paseaba por los tejados de las casas y se dedicaba a buscar alimento, lo que le llevaba a cazar y comerse numerosos patos, gallinas y conejos de los vecinos. "Ahora yo soy la perjudicada porque se está comiendo a los animales de los vecinos y luego me vienen a mí y se los tengo que pagar", afirmaba resignada Sotelo, que rogaba que "alguna entidad pueda venir a llevárselo a su hábitat natural".
Y así fue. Finalmente el Departamento de Fauna Silvestre ha logrado capturarlo con un dardo sedante para trasladarlo a un zoológico, ante la dificultad de devolverle a un hábitat salvaje en el que podría tener difícil la supervivencia al haber vivido desde cachorro entre humanos. La noticia ha sido celebrada tanto por los vecinos como por los animalistas.