Sergio Ruiz G-Txabarri es cantante y guitarrista de Zarautz, conocido por su trayectoria en el grupo Eraso y por su proyecto en solitario, Sertx. Con Eraso, están en plena gira de despedida y en su faceta en solitario, recientemente ha publicado Kantu Madarikatuak I y II, un trabajo doble donde el primer volumen es más intimista y el segundo tiene un enfoque más electrónico.
Se lanzó a la aventura en solitario en el año 2019 bajo el nombre de Serge y ahora vuelve con el nombre de Sertx. ¿Por qué?
Saqué dos discos con el nombre de Serge, pero he cambiado a Sertx porque así se encuentra más fácil (ríe). Además, es como me llaman mis amigos.
Inicios en solitario
¿Cuándo comenzó a pensar en publicar un disco en solitario?
La idea de crear canciones más intimas viene de hace mucho tiempo. En 2008 escuché el disco For Emma, Forever Ago de Bon Iver y me impresionó mucho. Pensé que estaría guay hacer algo así, más personal. Diez años después, lo hice. Además, este proyecto era compatible con Eraso, que tiene un estilo totalmente diferente. Mi primer disco en solitario salió hace seis años y me gustó el formato. Este nuevo doble álbum quería publicarlo hace año y medio, pero coincidió con el último disco de Eraso y no podía publicar los dos proyectos a la vez. Ahora estamos en plena gira de despedida con Eraso y he lanzado mi tercer álbum en solitario. Le daré un tiempo al nuevo disco para empezar a tocarlo en directo.
Sertx, cantante y guitarrista zarauztarra
¿Cómo decide qué letras son para Eraso y cuáles para Sertx?
Las letras del primer disco que hice con Serge, Enarak itzuli dira, son poemas de Gari Berasaluce que no había publicado. Normalmente, las letras surgen con una melodía en la cabeza y el proceso de escritura es parecido en ambos proyectos, pero la música es lo que marca la diferencia. Siempre dejo la letra para el final; cuando la música y la melodía están definidas, empiezo a escribir.
¿Es la melodía la que define el tono emocional de la letra?
Exacto. En Sertx tiendo más a un tono melancólico o introspectivo. Es mi faceta más intima como artista.
El artista y sus miedos
En los discos en solitario, parece que ha decidido mostrarse más vulnerable. ¿No da miedo a exponerse tanto?
Sí, mucho. En el primer disco en solitario no me atreví, por eso usé los poemas de Gari Berasaluce. Y eso que llevaba unos 25 años escribiendo letras para Eraso. Al principio no tuve el coraje suficiente. Las canciones eran muy desnudas y requerían letras muy personales. Con el segundo disco, Leihotik Mundura, me quité el miedo y me lancé. Además, tenía cosas que contar. Con este último álbum ha pasado lo mismo. No siempre escribimos sobre nosotros mismos; muchas veces las letras nacen de la imaginación. Aun así, cuando escribes en primera persona desde tu experiencia, te expones mucho. En una banda tienes compañeros para todo, pero en solitario estás completamente solo y poco a poco vas perdiendo el miedo. Al principio tenía mis dudas de si sacar el proyecto adelante o no, pero sólo se vive una vez y no me iba a quedar con las ganas.
Menos mal que lleva 30 años con Eraso, no lo parece.
Ya... (ríe). Los artistas solemos estar lleno de miedos. Sobre el escenario eres un personaje, pero fuera de él sigues siendo una persona más.
Cuando lanza una canción, ¿siente que deja de ser suya y pasa a ser del público?
Sí, totalmente. Cuando haces público tu trabajo, ya no es solo tuyo, es de todos. Eso se nota mucho. A veces me preguntan por el significado de una letra y no me importa explicarlo, pero reconozco que me molesta un poco porque pierde parte de su magia. Me pasa también cuando escucho a otros artistas: me imagino significados que quizá solo tengan sentido para mí. Intento hacer lo mismo con mis letras. Yo sé de qué hablo, pero cada persona la interpretará según su propia experiencia. Eso es lo bonito de la música.
30 años más tarde Eraso dice adiós
Respecto a Eraso, en 2024 sacaron el último álbum en el que anunciaron que se bajaban de los escenarios al acabar la gira. ¿Qué balance hace de los 30 años de trayectoria?
Muy positivo. Éramos unos críos cuando empezamos a tocar y hemos vivido cosas que no nos imaginaríamos nunca. Empezamos a tocar los conciertos y poco a poco la gente se sabía las canciones y las cantaban. Eso fue una locura. También hemos compartido escenario con bandas como Slayer o Soziedad Alkoholika, por decir un par de nombres, y son momentos que nunca olvidaremos. Estamos orgullosos de haber creado discos diferentes entre ellos y lo hemos dejado en un momento en el que estábamos muy bien. Mejor dejarlo en lo alto que en lo bajo.