Una delicia para la vista. ¡¡¡Qué gozada es ver jugar a este Baskonia!!! Los pupilos de Joan Peñarroya siguen de dulce. Increíbles. Once victorias consecutivas y tras acabar el partido líder en solitario de la Euroliga a la espera de lo que hagan el resto de equipos con los que compartía la primera posición.
En lo más alto gracias a su juego coral, voraz en ataque y sacrificado en defensa cuando toca. Sí, ante el Madrid se tuvo que poner el buzo de trabajo en una farragosa segunda parte y fue capaz de frenar las acometidas de un Real Madrid, que dio un auténtico susto al Baskonia, pero que al fin y a la postre se hizo con una agónica y merecida victoria.
Justa. Muy, muy justa. Y es que por momentos los pupilos de Peñarroya hicieron pequeño a todo un Real Madrid. “Nos están matando”, aseguraba Cornelie al enfilar el túnel de vestuarios al descanso. Así era. El Baskonia estaba haciendo una escabechina y de las grandes a un conjunto blanco que se mostraba impotente para contener el vendaval azulgrana.
Un ciclón. De máxima magnitud. Arrasaba con todo lo que tenía por delante. A los jugadores del Real Madrid no les quedaba otra que taparse la cara ante la superioridad de la escuadra baskonista. Desesperados. Atónitos. No daban crédito ante el repaso que estaban recibiendo por parte del Baskonia. No les quedaba otra que usar sus manos para taparse la cara con el objetivo de evitar ver el bochorno al que estaba siendo sometidos en el Buesa Arena por un Baskonia de otro planeta. Sideral, galáctico y lleno de estrellas capaces de alumbrar la Euroliga con un juego que enamora.
Y que sorprende. Y es que lo que hace Markus Howard en la cancha no deja indiferente a nadie. Hasta sus propios compañeros se llevan las manos a la cabeza tras ver sus prodigios noche tras noche. Esta vez fue el Real Madrid la víctima de su magia.
Una tormenta tropical que descargó con fuerza durante un segundo cuarto de ensueño. Él fue el líder ofensivo de ese parcial en el que el Baskonia encarriló el duelo. Y es que tras acabar los primeros diez minutos por debajo (24-28), el Baskonia se convirtió en una apisonadora. Letal delante, pero un muro de contención atrás.
Y es que ese guerrero Baskonia que comenzó haciendo la goma ante el todopoderoso Real Madrid, se soltó el pelo y le pasó por encima. Atrás quedaron esos problemas en el rebote del primer cuarto. La superioridad del conjunto blanco bajo los aros, con un imparable Tavares, provocaba que los de Peñarroya estuvieran a remolque durante los primeros compases del partido. El enorme pívot caboverdiano hacía y deshacía a su antojo. Sin oposición en las cercanías del aro. Su influencia permitió al conjunto madridista gozar de una ligera ventaja, que quedaría en nada tras el espectacular arranque de los segundos diez minutos.
Y es que tras un triple de Hezonja, el Real Madrid se puso 8 arriba en el minuto 11 (26-34). Pues bien, el acierto de Hommes, la intensidad de Henry y la tiranía anotadora de Howard permitieron voltear el marcador en un visto y no visto. Un parcial de 12-0 en tres minutos ya situaría al Baskonia por delante (38-34). En ese momento llegó el recital de Howard. El killer azulgrana sacó a relucir su muñeca, su bote magistral y su capacidad para romper defensas con su dribling al más puro estilo Stephen Curry.
En una de ellas rompió la cadera a Sergio Llull, incapaz de frenarle. Nadie podía hacerlo. 21 puntos llevaba al descanso con una espectacular carta de tiro –3/4 (75%) en tiros de 2 y 5/7 (71%) en triples– . El parcial seguía creciendo a pasos agigantados. 19-2 en cinco minutos. El Real Madrid estaba seco y solo era capaz de anotar desde la línea de personal ante un Baskonia desatado, que acabaría ganando este cuarto por 35-15 para ir al descanso 16 arriba (59-43).
Espectacular. Sin embargo, tras el paso por el vestuario el Madrid subió su intensidad, volvió a ganar el rebote y el Baskonia sufrió un tremendo apagón que devolvió la igualdad al partido tras un parcial de 6-17 gracias al acierto de Causer y Tavares (65-60). Las espadas estaban en todo lo alto. El toma y daca continuó hasta el final de un tercer parcial más trabado, en el que el Madrid acabaría metiéndose en el partido (73-69) tras un discreto cuarto azulgrana en el que anotaría tan solo 14 puntos y recibiría 26.
Partido nuevo. Sudores fríos. El Madrid se ponía a dos puntos (73-71) y a cualquiera le hubiesen temblado las piernas. A este Baskonia no. Este equipo camaleónico se puso el buzo de trabajo para frenar a un Real Madrid que no tiró la toalla. Más guerrero y peleón puso contra las cuerdas al Baskonia, pero los de Peñarroya no se vinieron abajo. Confianza ciega en sí mismos. Los triples de Giedraitis dieron aire a un equipo, que ya en los minuto finales no dio opción ante un Real Madrid, que no le quedó más remedio que claudicar ante un Baskonia aspirante a todo, con el que se puede soñar por lo máximo y con el que se puede ir al fin del mundo.