Con las ayudas para cambiar las ventanas viejas este invierno no tendrás excusa

En estos días de frío, quizá, más de uno se haya percatado de que esa ventana ya no cierra bien, a pesar de haberla arreglado en varias ocasiones, o que por más que se asegure de que no se queda abierta, deja pasar una brisa heladora, por lo que no hay quien pare en la habitación. Hay que tener en cuenta que la vida útil de una ventana no excede de los 30 años, por lo que si nuestros vanos rondan esa edad, es hora de pensar en renovarlos, si queremos garantizar el confort dentro de nuestro hogar, pero sin dejarnos el bolsillo en las facturas de la luz o el gas.

La buena noticia en este sentido es que el cambio de ventanas viejas es una de las actuaciones subvencionables contempladas en los fondos Next Generation en el marco de las ayudas para la mejora de la eficiencia energética en viviendas.

Los requisitos para acceder a las mismas son relativamente sencillos: por una parte, la vivienda en cuestión ha de constituir el domicilio habitual y permanente de sus propietarios, usufructuarios o arrendatarios, lo cual podrá acreditarse mediante certificado de empadronamiento. Por otra parte, el coste mínimo de la actuación deberá ser igual o superior a 1.000 euros.

En tercer lugar, la mejora deberá permitir la reducción de al menos el 30% del consumo de energía primaria no renovable, o una reducción de la demanda energética anual global de calefacción y refrigeración de al menos un 7%. “Para poder cumplir este último requisito”, explica Aitor Gorriti, gerente de Ventanas Gorriti Martínez, “no basta con cambiar las ventanas de una habitación, habría que renovar por lo menos la mitad de las ventanas de la casa”.

Además de lo que apunta Gorriti, hay que tener en cuenta que esta exigencia es compleja también a nivel técnico, puesto que para acreditar que con la renovación hemos logrado reducir el consumo energético en nuestro hogar, debemos presentar dos certificados de eficiencia energética: el primero recogerá la situación de nuestra vivienda antes de realizar el cambio, y el segundo una vez instaladas las nuevas ventanas. Una labor que debe realizar un técnico competente en la materia como un arquitecto, un arquitecto técnico o un aparejador.

Un aparejador de confianza

Una vez cumplidos los requisitos toca tramitar la subvención, una gestión que se puede hacer online (euskadi.eus) o presencialmente (en el caso de Donostia, en las oficinas de Donostiako Etxegintza). No obstante, Gorriti advierte de que “para la gestión de la misma es de gran ayuda contar con el apoyo de un profesional, arquitecto o aparejador, ya que hay que presentar diversa documentación como los certificados de eficiencia energética mencionados y otros documentos”.

Es por ello que Ventanas Gorriti Martínez ofrece a sus clientes la posibilidad de contar con un profesional de su confianza, un gasto que además está incluido en la ayuda como coste subvencionable. “Para aquellos que no están familiarizados con este tipo de trámites puede resultar muy farragoso, por lo que disponer de un profesional que se encargue de recoger y presentar toda la documentación es un alivio”, abunda.

Además de los dos certificados de eficiencia energética, se deberán aportar los siguientes documentos: datos del solicitante, datos de la vivienda y referencia catastral, proyecto de actuación o memoria justificativa y contrato u oferta firmada y presupuesto desglosado, licencia urbanística y reportaje fotográfico.

Referente en el sector

Con casi 50 años de experiencia y una media de 5.000 ventanas instaladas al año en Gipuzkoa, Ventanas Gorriti Martínez está conformado por una veintena de profesionales (montadores, técnicos de mantenimiento, comerciales, etc.), y constituye un referente en el sector.

Además de su establecimiento en el centro de Donostia (calle San Martín 64), donde se puede visitar una amplia exposición de ventanas, dispone de otras cinco tiendas en Gipuzkoa, concretamente en Irun, Errenteria, Tolosa, Beasain y Zarautz.