Las prefiestas de Estella-Lizarra empiezan con el concurso de calderetes. Ya son 28 ediciones del concurso al chilindrón y nadie recordaba que hubiera caído un trompa de agua como la de ayer, que en menos de un cuarto de hora dejó 15 litros por metro cuadrado sobre las calles y tejados de la ciudad.
Un temporal que hizo que algunos de los participantes abandonaran porque se les había aguado el calderete, “Hemos empezado a hacer los calderos y se han llenado de agua con los trozos de cordero ya dentro”. Algo que también sucedió, según comentaron, a la pareja compuesta por Jesús Andrés Elía y Iñaki Garbayo “pero hemos decidido comenzar de nuevo y seguir adelante con el concurso”. Estos fueron unos de los 20 dúos que participaron en la elaboración de un rancho que tenía como objetivo la cena de una cuadrilla de unas diez personas en los locales de la peña La Bota Elkartea que año tras año sigue como anfitriona del concurso desde que hace una década se lo cediera la asociación de vecinos de San Miguel.
En la calle Chapitel y a la sombra de la torre de la iglesia de San Miguel estaban los hermanos Karmentxu y Jose Javier Gómez de Segura, que participaban por primera vez en el concurso. Junto a ellos, la pareja compuesta por una veterana del concurso -que ya recibió un año el segundo premio-, como M.ª Puy Pascual, vecina de la calle Cordeleros del barrio de San Miguel y su nieto Iker Villar, que bajó desde la localidad de Igúzquiza “porque quería participar con mi abuela”. Entre los debutantes, varias cuadrillas de jóvenes como la de Iñaki Azanza y Gorka Aramendía que también se estrenaban en el concurso y que paliaban el viento de la tormenta con cartones que les iban trayendo otros componentes de su cuadrilla: “tenemos una idea pero la verdad es que estamos improvisando”.
Finalmente, el jurado determinó que los ganadores del concurso fuera la pareja formada por Juan Jordana y Jose Ignacio Arrondo. Por su parte, Nekane Marco y Koldo Tomas fueron los segundos en este primer acto gastronómico que reunió al final a alrededor de 200 comensales. “Hemos visto que la gente quiere participar y eso es lo que importa para nosotros”, comentó Oscar Barbarin de La Bota Elkartea.