La Audiencia Provincial de Gipuzkoa ha condenado a un profesor de una ikastola de Irun a cuatro años de prisión por abuso sexual a una alumna de 12 años y a indemnizarla con 6.000€. La sentencia no es firme y puede ser recurrida ante el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco.
En la resolución judicial, el tribunal le impone una inhabilitación especial para el ejercicio de cualquier profesión u oficio, sea o no retribuido, que conlleve contacto regular y directo con menores de edad por un tiempo de siete años.
Además, le prohíbe aproximarse a la víctima, a su domicilio o cualquier otro lugar en el que esta se encuentre en un radio de 150 metros, así como la prohibición de comunicarse con ella por cualquier medio durante seis años, e impone al acusado la medida de cinco años de libertad vigilada.
Juicio el pasado diciembre
El juicio por estos hechos se celebró el pasado mes de diciembre. La Fiscalía pedía un año y medio de cárcel para el acusado al considerar que los hechos son constitutivos de un delito de abusos sexuales sobre una menor de 16 años, en su modalidad de participación en acto sexual, e inhabilitación especial para el ejercicio de su profesión por 6 años. La acusación particular, por su parte, solicitaba seis años de prisión.
La sentencia considera probado que, durante el curso escolar 2016-2017, en la ikastola ubicada en Irun, en el tiempo que media entre la comida y la continuidad de las clases en horario de tarde, el acusado, profesor del colegio, se dirigió a un grupo de cuatro niñas de otra clase, quienes se encontraban jugando en el patio, "ofreciéndoles supervisarlas dentro de un aula, debido al mal tiempo que hacía en el exterior".
Tras aceptar, las menores entraron en una clase, donde se sentaron en torno a cuatro mesas agrupadas que formaban una cuadrícula. El acusado les ofreció a cada una folios y rotuladores para que pintasen y, seguidamente, se situó en una silla junto a la de la víctima, "de 11 o 12 años". Acto seguido, el acusado le sometió a tocamientos y se masturbó.
Malestar y miedo
Como consecuencia de estos hechos, la menor tuvo "recuerdos intrusivos" de lo sucedido y sufrió "malestar personal, agobio, miedo, dificultad con el ritmo del sueño, apatía, retraimiento y aislamiento social". El acusado se incorporó al centro educativo en el año 2011 como profesor de primaria.
En su declaración, la joven, que tenía en el momento del juicio 19 años recordó que cuando sucedieron los hechos "tenía 11 años" y que el profesor "se centró más en mí que en las demás compañeras, solo me hablaba a mí". Asimismo, relató el momento de los tocamientos y la masturbación del profesor.
No fue hasta cuatro años más tarde cuando se lo contó a su madre y entonces presentaron la denuncia ante la Ertzaintza en 2021. El acusado, por su parte, negó "rotundamente" los hechos durante el juicio.