Un joven senegalés, que cuenta ahora con 21 años, ha sido condenado en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Navarra a 3 años y 9 meses de prisión por dos tentativas de agresión sexual cometidas sobre dos mujeres en días distintos y a las que asaltó en plena calle de Tafalla. Además, en la condena se le incluye un delito de lesiones. El asunto causó una importante alarma en la ciudad del Cidacos por la manera en la que se produjo el ataque y al producirse ambas agresiones en apenas una semana.
El acusado, que tenía 19 años en el momento en el que cometió los hechos, aceptó de conformidad la pena y se acordó que será expulsado a su país durante un plazo de seis años. La expulsión no ha podido ser ejecutada todavía aunque la sentencia fue dictada hace unos meses. Mientras tanto, el procesado, que se encontraba en prisión provisional desde julio de 2022, sigue interno en el centro penitenciario cumpliendo la pena de cárcel impuesta.
Dos ataques en apenas una semana
La primera agresión, por la que se le condena a 6 meses de cárcel, sucedió sobre las 10.45 horas del 5 de julio de 2022, cuando el acusado se aproximó por la calle a una mujer a la que comenzó a seguir hasta que, en un momento dado, aprovechó que no había nadie en la calle a esa hora para agarrarla de la cintura. Entonces, le dijo "te quiero, te quiero" y la víctima consiguió zafarse del procesado y propinarle un golpe con el bolso que portaba para salir huyendo hacia su casa.
Tan solo una semana después, el acusado atacó a otra mujer. Ocurrió sobre las 9.50 horas del 12 de julio cuando la víctima se encontraba corriendo por las inmediaciones de Tafalla, cerca del paraje de la balsa del Vaquero. Allí, en una zona con trigales a ambos lados del camino rural, el acusado comenzó a seguirla y la asaltó. Así, la sujetó y la empujó con el propósito evidente de agredirla sexualmente. Tras tratar de resistirse y huir, el encausado la acabó inmovilizando y tratando de quitarle la ropa para intentar la agresión sexual. Como consecuencia del acometimiento, la víctima sufrió diferentes lesiones en brazos y piernas.
En julio de 2022, al cometer los hechos, el acusado llevaba escasos cuatro meses en el Estado español, carecía de ningún tipo de arraigo social, laboral o económico, no conocía apenas el castellano y era dependiente de familiares.
Además de a la pena de prisión que le es sustituida por la expulsión, se le condena a 13 años de orden de alejamiento y de libertad vigilada y a una indemnización de 10.000 euros.