La Audiencia Nacional ha condenado a 85 años de prisión a la miembro de ETA Ana Belén Egües, alias Dolores, después de que reconociese en el juicio su implicación en el atentado perpetrado el 8 de agosto de 2000 en la calle Platerías de Madrid, que causó once heridos, siete de ellos de gravedad.
La Fiscalía rebajó de los 121 años de prisión que pedía inicialmente para la acusada, que cumple condena en Euskadi por otro atentado, a 85 años, castigo que finalmente le ha impuesto la sección cuarta de lo Penal en una sentencia de conformidad.
En su resolución, el tribunal considera a la acusada responsable de un delito de estragos terroristas y de siete de asesinato en grado de tentativa.
Se ha acreditado, según la Sala, su vinculación con el comando Buruahuste de ETA, que operaba en Madrid en la época de los hechos juzgados, y su participación concreta en la colocación y detonación de una bomba instalada en un vehículo, previamente robado, que estalló en la calle Platerías de Madrid el 8 de agosto de 2000 cargado de dinamita que Egües había trasladado a un piso franco en Salamanca.
Otros miembros del comando estacionaron dicho vehículo, un Peugeot 205 que la acusada había robado en el barrio de Fuencarral y al que comando retiró la matricula auténtica, instaló otra y colocó un artefacto con dinamita "que la acusada había proporcionado y que había trasladado al domicilio", según la tesis de la Fiscalía que la acusada reconoció.
En la explosión resultaron heridas once personas, entre ellas dos niños, y dos de las cuales sufrieron heridas de gravedad.
Reconoce los hechos
Los magistrados señalan que el ataque sorpresivo de los compañeros de talde de la acusada contra los siete ciudadanos que resultaron heridos por el explosivo, unido a que la acusada ayudó a transportar el coche-bomba previamente robado, "sin duda alguna produjo resultados lesivos que podrían acabar en el fallecimiento de los afectados".
"Sí, reconozco los hechos tal y como se recogen", aseveró Egües en el juicio celebrado la semana pasada.
Ana Belén Egües ya fue condenada en 2014 a 126 años de cárcel por el asesinato del teniente coronel Pedro Antonio Blanco, en enero de 2000, que escenificó el fin de la tregua decretada por ETA en 1998.
Además, cumple condena -desde 2022 en una prisión del País Vasco- por el atentado con coche bomba cometido el 6 de noviembre de 2001 en la calle del Corazón de María, también en Madrid, contra el secretario general de Política Científica, Juan Junquera, en el que resultaron heridas 95 personas.