Condenan al Gobierno de Navarra a indemnizar a una senderista a la que le cayó una rama en Bértiz y la dejó inconsciente

El departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente del Gobierno de Navarra ha sido condenado en el Juzgado de lo Contencioso Administrativo 1 de Pamplona a indemnizar con 18.195,37 euros a una senderista que, en agosto de 2020, realizaba una ruta con su familia en el señorío de Bértiz y sufrió el impacto de la rama de un haya caída desde diez metros de altura, que la dejó inconsciente. Además, sufrió heridas de consideración en la clavícula y en las costillas, permaneció de baja laboral en su puesto de docente universitaria, estuvo cinco días hospitalizada y 250 días con pérdida temporal de calidad de vida moderada.

El Ejecutivo foral había desestimado la reclamación de responsabilidad patrimonial por los daños y perjuicios causados a raíz del suceso ocurrido en el parque natural. Fue el día 27 de agosto de 2020, sin que existiera alarma meteorológica, cuando se produjo el siniestro. La mujer y su familia cumplieron las recomendaciones de seguridad plasmadas en el cartel de la entrada del parque, donde se expone entre otras cuestiones que "los días de fuerte viento no son recomendables para recorrer el bosque, pudiendo caer ramas o árboles".

Sobre las 15.35 horas, en el kilómetro 2 de la Ruta del Suspiro, sendero que forma parte de la zona de interés ecológico del parque, cayó sobre la mujer la copa viva de un haya de 22 centímetros de diámetro desde unos diez metros de altura, que la dejó inconsciente, y tras auxiliarla y acudir los médicos de Oronoz fue trasladada en helicóptero al Hospital Universitario de Navarra (HUN).

El Gobierno de Navarra negó la indemnización al considerar que el tránsito por la zona forestal es una actividad deportiva, asimilable al senderismo, en la que existe una asunción voluntaria del riesgo, sin que el servicio público comprenda la conservación y mantenimiento del arbolado. Y negaba que concurra el requisito de la relación de causalidad entre el funcionamiento del servicio público y los daños causados. El Ejecutivo recuerda que el siniestro ocurrió en una zona cuya extensión de 2.012 hectáreas, con un total de 440 árboles por hectárea, lo que da lugar a la cifra de 885.500 árboles en total.

La sentencia explica que el día en cuestión "no se ha acreditado que las condiciones meteorológicas fueran desfavorables para acceder al parque y visitar el mismo, por lo que la recurrente y su familia actuaron dando cumplimiento a la información que le fue suministrada. Su acceso y deambulación por el Señorío de Bértiz tuvo lugar de forma respetuosa con las indicaciones recibidas, no pudiendo exigirle un conocimiento exhaustivo de la zonificación del parque. No se le puede exigir precisamente por el déficit de información, censurable y achacable al titular de dicho parque, la relativa al acceso y al concreto sendero en el que tuvo lugar el siniestro".

Un informe clave reconocía que es habitual que se desprendan ramas

Como clave para la responsabilidad patrimonial, la jueza recuerda que un informe del director de Servicio de Biodiversidad en mayo de 2021 hacía alusión a una explicación ofrecida en su informe por el Guarderío de Medio Ambiente, en el que se asegura que la Ruta del Suspiro es un bosque con árboles maduros, y es habitual que se desprendan ramas de estas dimensiones. Pues bien, dicha información no está suficientemente puesta en conocimiento de los potenciales visitantes y usuarios del parque natural de Bértiz".

Por ello, la resolución judicial concluye que "la Administración no puede eximirse de su responsabilidad por los daños causados por un suceso -caída de un tronco de haya- que, no era, en modo alguno, imprevisible".

Y prosigue el fallo aludiendo a que "teniendo en cuenta que la conducta de la recurrente fue absolutamente respetuosa con las indicaciones y recomendaciones recibidas, tratándose de un día apacible, en el que no estaba desaconsejado recorrer el bosque, entiendo que concurren todos los elementos para que la Administración, en su condición del titular del parque, obligado a su conservación y mantenimiento debe responder de los daños y perjuicios sufridos por la recurrente".