La seguridad al volante es la máxima prioridad de la Dirección General de Tráfico. Y el alcohol, junto con el exceso de velocidad, es una de las causas que más ponen en jaque la seguridad en carretera.
Está claro que la ingesta de alcohol al volante está radicalmente reñida con la seguridad: el alcohol está presente en uno de cada tres accidentes que incluyen víctimas mortales en España y es la causa que tiene mayor incidencia en los siniestros de tráfico.
La DGT recuerda que las cifras de tolerancia son claras: en un control de alcoholemia no se puede superar los 0,5 gramos por litro en sangre, es decir, 0,25 mg/litro en aire espirado. La cantidad se reduce cuando se trata de conductores con menos de dos años de carné o los profesionales, que no pueden superar lo 0,3 g/litro de alcohol en sangre (0,15 mg/litro en aire).
Tráfico establece las siguientes sanciones por superar la tasa de alcoholemia:
- Entre 0,26 mg/l y 0,50 mg/l: 500 euros y 4 puntos del carné.
- Entre 0,50 mg/l y 0,60 mg/l: 1.000 euros y 6 puntos del carné.
Si la tasa de alcoholemia es superior a 0,60 mg/l, ya es un delito penal. En este caso, el conductor se enfrenta a una condena de entre 3 y 6 meses de prisión, de 6 a 12 meses de multas económicas o de trabajos en beneficio para la comunidad y la pérdida inmediata del carné de conducir por un periodo de 1 a 4 años.
Pero además la influencia del alcohol dura varias horas en las que no debes de conducir. Tráfico recomienda que hayan pasado al menos seis horas desde que hubieras consumido bebidas alcohólicas.
Pero además, el alcohol genera un malestar añadido que no es conveniente para ponerse al volante. Es la molesta resaca, un inconveniente para conducir que puede pasar factura a tu seguridad y a tu bolsillo en forma de sanción.
La DGT recuerda que con resaca se duplica la dificultad para conducir y se sobrepasan en cuatro veces los límites de velocidad. Tráfico detalla que las alteraciones después de beber son diversas. Por una parte hemodinámicas, ya que aumenta el trabajo cardíaco. También neurológicas, pues la actividad del cerebro se ralentiza hasta 16 horas después de desaparecer el alcohol. Y, finalmente, hormonales ya que provoca que orinemos más y una mayor deshidratación.
La posible multa que puedas sufrir si conduces con una fuerte resaca estará condicionada por la cantidad de alcohol que quede en tu cuerpo. Si la tasa supera el límite permitido, sí podrías ser sancionado.
Ello es debido como comentábamos antes a que la eliminación total tarda varias horas. Al menos seis para no superar en una prueba de alcoholemia las tasas mínimas permitidas por Tráfico.
Pero la resaca una nefasta consecuencia que se sufre muchas veces tiempo después que esas seis horas. Su efectos llegan hasta el día siguiente. Aunque a efectos de sanciones es difícil que des positivo el día después de la ingesta de alcohol. Salvo que lo hayas tomado en grandes cantidades o que otros factores (médicación, por ejemplo) te afecten y superes las tasas permitidas.
Esto en lo referido a la tasa máxima permitida. También debes de ser consciente que si conduces con resaca puedes generar situaciones de peligro en la carretera y que puedes ser merecedor de una sanción de 200 euros si un agente de la autoridad aprecia la falta de conducción negligente, considerada como infracción grave.
Por tanto, la mejor solución cuando consumes alcohol es evitar conducir y guardar reposo. No obstante, si por cualquier motivo tienes necesidad de ponerte al volante, hidrátate con frecuencia, descansar muy a menudo e intenta prestar el máximo de atención posible a la carretera.