Las personas adictas a menudo tienen uno o más problemas de salud relacionados con las drogas, que pueden incluir enfermedades pulmonares o cardíacas, embolia, cáncer o problemas de salud mental.
En el caso de las conductas adictivas en adolescentes, representan un considerable problema de salud pública. No solo por la toxicidad de las sustancias que se consumen en un período de gran vulnerabilidad para su desarrollo, sino también por las consecuencias psicosociales que tienen a nivel escolar, social, familiar e incluso económico.
Por todo ello, la mejora de su atención sigue siendo un objetivo prioritario, tanto para la prevención como para el tratamiento de estos problemas. Pese a que el avance de los últimos años está siendo considerable, aún queda mucho camino por recorrer.
Una de las áreas que necesitan más atención en relación al tratamiento de las adicciones es la de salud mental, ya que es sabido que este tipo de problemas incrementan el riesgo de llevar a cabo este tipo de conductas, que se suelen utilizar como vía de escape o afrontamiento (desadaptativo) de problemas como la tristeza, ansiedad, preocupación excesiva, aislamiento, baja autoestima, dificultades en las relaciones sociales, etc.
Pero también es cierto que las conductas adictivas pueden generar o agravar diversos problemas de salud mental, debido a los efectos sobre su funcionamiento psicológico, familiar y social.
Si esto no se aborda adecuadamente en el proceso de un tratamiento, puede dificultar las posibilidades de ayudar con eficacia a los menores o incrementar los riesgos de recaída en el futuro.
Sustancias adictivas
Según el Informe sobre el consumo de tabacos y drogas en España, el alcohol es la sustancia psicoactiva más consumida entre los estudiantes de Enseñanzas Secundarias de 14 a 18 años. Esta conclusión reafirma que las drogas más consumidas por los jóvenes de esta edad son, por tanto, las legales (alcohol y tabaco), seguidas del cannabis y de los hipnosedantes sin receta médica.
La edad media de inicio en el consumo de drogas se sitúa entre los 14 y los 15,6 años y las prevalencias de consumo aumentan con la edad.
Otro de los datos interesantes del informe es que el consumo de drogas legales está más extendido entre las mujeres, mientras que el consumo de todas las drogas ilegales, entre los hombres (excepto para los hipnosedantes sin receta médica).
De todas ellas, el alcohol es la sustancia psicoactiva percibida como menos peligrosa entre los/as estudiantes y la que se obtiene con mayor facilidad, principalmente en supermercados y bares/pubs. Ahora bien, aunque el consumo de alcohol sigue estando en niveles elevados, se observa un descenso en las prevalencias de consumo en todos los tramos temporales.
El citado estudio detecta a su vez una reducción notable en la adquisición y consumo de bebidas alcohólicas en lugares de ocio como discotecas, bares…, mientras que se ha intensificado el consumo doméstico, especialmente en las casas de otras personas.
Por su parte, el consumo intensivo, borracheras y binge drinking, continúan presentando prevalencias elevadas y así, los datos del estudio indican que el 39,4% de los/as estudiantes se ha emborrachado en el último año (el 43,6% de las chicas y el 35,4% de los chicos).
En este apartado, se observan similitudes entre el patrón de consumo de alcohol en borracheras y en atracón (binge drinking). En este patrón de consumo aumenta también la presencia de las mujeres a las edades más tempranas (14 y 17 años), un hecho que cambia a los 18 años, cuando el porcentaje es mayor entre los hombres. Se detecta también una relación directamente proporcional entre el binge drinking y la edad.
Tabaco En cuanto al consumo del tabaco, se registra una tendencia descendente, continuando con la fase de descenso de consumo iniciada en 2006, coincidiendo con la Ley 28/2005 y que continuó hasta 2021, con diversos altibajos. Los últimos datos muestran que el 38,2% ha fumado tabaco alguna vez en la vida, el 30,7% en el último año y el 23,9% durante el último mes. Se estima que en 2021 han empezado a consumir tabaco 169.500 estudiantes de 14 a 18 años (36.000 menos que en 2019).
La percepción de riesgo ante el consumo diario de tabaco se ha elevado levemente y el 93,9% de los y las jóvenes considera que puede producir muchos o bastantes problemas de salud. Disminuye también el número de estudiantes que convive en hogares con fumadores hasta el 39,1%.
Respecto a los cigarrillos electrónicos, 44,3% de los estudiantes los ha utilizado alguna vez, con mayor frecuencia entre los chicos y cargados con cartuchos sin nicotina.
El consumo de drogas legales está más extendido entre las mujeres, mientras que las ilegales, entre los hombres
Drogas ilegales
El cannabis es la droga ilegal más consumida por los jóvenes, unida a una baja percepción del riesgo asociado a su consumo, siendo tras el alcohol y el tabaco, la sustancia psicoactiva percibida como más disponible para esta población.
Las conclusiones del Informe sobre el consumo de tabaco y drogas en España señalan que el 28,6% de los/as estudiantes afirma haber consumido cannabis alguna vez en la vida, el 22,2% en los últimos 12 meses y el 14,9% en el último mes. Datos de 2021 indican que 155.800 estudiantes con edades comprendidas entre los 14 y 18 años habrían empezado a consumirlo.
Si bien se registra un ligero descenso en las prevalencias, se ha detectado un pequeño repunte en el consumo problemático de cannabis entre los consumidores.
Siguiendo con la clasificación, son los hipnosedantes la sustancia que mayor proporción de estudiantes consumen después del alcohol, el tabaco y el cannabis. La balanza se inclina hacia las mujeres y se detecta una tendencia ligeramente ascendente en el consumo de hipnosedantes sin receta entre los/as jóvenes de 14 a 18 años.
Las nuevas sustancias psicoactivas son, en términos generales, sustancias con prevalencias de consumo más bajas que las drogas clásicas.
Con respecto al nivel de información, el 22,5% de los jóvenes de 14 a 18 años afirma estar perfectamente informados sobre el tema de las drogas, siendo el centro educativo y la familia las dos principales vías por las que reciben esta información.
El 70,3% ha recibido información sobre los efectos y problemas asociados a drogas legales (tabaco, alcohol, hipnosedantes) y el 62,1% sobre los efectos y problemas asociados a drogas ilegales (hachís/marihuana, cocaína, drogas de síntesis…).
Por último, es destacable también que tanto el consumo de drogas legales (alcohol, tabaco e hipnosedantes) como el consumo de drogas ilegales (cannabis, cocaína, heroína, anfetaminas, éxtasis, alucinógenos o gHB) adquiere mayor prevalencia conforme se retrasa el regreso a casa de las salidas nocturnas.
Otro dato a valorar es que el porcentaje de alumnos que han sufrido bullying a través de Internet o por otros medios es mayor entre aquellos que han consumido hipnosedantes.